Silvio Méndez
Con la declaración de inconstitucionalidad del articulado de la ordenanza que pretendía regular el negocio de traspaso del predio del Hipódromo de Paraná, nuevamente se dilató una definición sobre el uso, destino y aprovechamiento como espacio público. La medida aplaza el pago de la deuda a los trabajadores del Jockey Club que esperaban su liquidación, así como la oportunidad de que el lugar quede como patrimonio de los paranaenses. En tanto, desde la Asamblea Ciudadana de Paraná se volvió a convocar al debate sobre los fines y propuestas que pueden darse sobre el inmueble. Para tal caso, se invitó a una charla al reconocido urbanista Juan Molina y Vedia. En comunicación con ANALISIS el arquitecto adelantó, entre otros conceptos, que contrariamente a lo que comúnmente se piensa, experiencias en distintas ciudades dan cuenta de que la posibilidad de preservación de un gran pulmón verde valoriza notablemente la urbanización en su entorno.
La frustrada realización de la Fiesta de la Ciudad a mediados del mes pasado en el predio del Hipódromo de Paraná volvió a echar un manto de dudas sobre los ocultos intereses que se tejen sobre el formidable predio verde. Por razones no del todo claras, el síndico que tiene a cargo la administración del campo hípico que se encuentra dentro de un proceso de quiebra del Jockey Club, José Federico Furlán, prohibió a último momento la realización en este lugar de un espectáculo popular organizado por un grupo de empresarios privados.
Este hecho volvió a enrarecer el escenario en donde se ha puesto en juego el destino de una propiedad que por su situación, ubicación y dimensión es codiciada por muchos.
Como se recordará, la superficie de unas 22 hectáreas se halla en el marco de un concurso judicial por un pasivo calculado en unos 6 millones de pesos por haberes y cargas adeudados al personal. Este litigio se encuentra en manos del Juzgado Civil y Comercial Nº 8, a cargo de Roberto Parajón. Pero por una serie de recursos y presentaciones legales, la liquidación está paralizada en una maraña legal y su salida a remate suspendida en el tiempo. En tanto, igualmente, los actores directamente interesados en una definición sobre el pleito, desde hace algún tiempo han comenzado barajar diferentes propuestas para una compra anticipada del terreno.
Entre las últimas ofertas puestas en la mesa de negociación, se contempló la relocalización del Hipódromo en una superficie de 41 hectáreas en la localidad de Oro Verde para lograr continuar con la actividad turfística y la venta de las actuales instalaciones a un grupo inversor cordobés que tenía las intenciones de construir un shopping y salas de cine sobre Avenida Almafuerte. Asimismo, el proyecto elaborado contemplaba la donación a la Municipalidad de Paraná de unos 28.000 metros cuadrados para espacios de uso público, trazado de calles internas, así como la preservación de un grupo de especies arbóreas y construcciones históricas declaradas patrimonio de la ciudad que se encuentran junto a las tribunas.
Pero hete aquí que, dadas las características especiales de la pista, ubicada en una zona privilegiada en el centro de la urbe, también se postuló que ésta sea adquirida por el Estado Municipal, teniendo en cuenta se podría constituir en un actor privilegiado que atienda tanto las demandas de los trabajadores como la potestad para hacer uso del predio que atienda a los intereses de la ciudad. Esta proposición fue motoriza por un grupo de vecinos que lucha por la conservación de los espacios verdes enrolados en la Asamblea Ciudadana de Paraná y desde la bancada del edil Emanuel Martínez Garbino (Concertación Entrerriana).
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
