Claudio Cañete
La vieja casona de la intersección de las calles céntricas de San Juan y Uruguay tiene un valor muy importante desde lo arquitectónico e histórico. Sin embargo su fachada exige urgentes acciones que favorezcan su puesta en valor. Este hecho no se produce por varios motivos que lo convierten en un tema complejo. En primer lugar hay que tener en cuenta que el inmueble fue declarado de interés patrimonial municipal según consta en los expedientes 34.614/2004 y 14.420/5, lo que significa que sus propietarios pueden interactuar con la Municipalidad en un convenio marco, de restauraciones, como contrapartida de condonaciones de impuestos, por ejemplo, que contemplan la Ordenanza 7.305 y el Decreto 1.035, la primera dictada por el Honorable Concejo Deliberante.
En este momento el principal factor de que lo contemplado en la Ordenanza 7.305 no se produzca son los verduleros ambulantes que todas las mañanas se instalan en la acera de la propia esquina y que apoyan los cajones y elementos de venta generando un mayor deterioro y que pondrían en peligro así cualquier mejora que allí se realice. Según se informó desde la comuna, no se van del lugar pese a las intimaciones municipales que han recibido. En esta parte, el municipio deberá ponerse más riguroso y, en todo caso, buscar otro espacio alternativo para estos trabajadores.
Lo cierto es que a medida que pasa el tiempo, la casa se corroe cada vez más por fuera. Data de la época de la Confederación Argentina, allá por 1854, cuando Paraná fue capital del país, con posterioridad a la batalla de Caseros. Se estima que el arquitecto Santiago Danuzio fue quien llevó adelante la construcción de este proyecto. Danuzio era el arquitecto personal del general Justo José de Urquiza y el mismo que construyó la residencia particular del caudillo en la actual esquina de Monte Caseros y 25 de Mayo (solar del edificio de Correos), el Senado de la Nación (el Colegio de Nuestra Señora del Huerto), la Casa de Gobierno de la Confederación (ya demolida, ocupaba el solar de la actual Escuela Normal) y el Mercado Central de La Paz (anterior al actual en la cuadra de Chile, Venezuela, Pellegrini y Bavio). Y se cree que esta casa también constituye otro eslabón en esta cadena de importantes construcciones que concretó Danuzio con la venia de Urquiza. Construcciones con las que le dio un perfil más cosmopolita a la vista de los diplomáticos, viajeros e investigadores extranjeros que venían a conocer la experiencia política y social urquicista.
“Entiendo que los propietarios están tratando de arreglar detalles particulares del inmueble, porque están interesados en llevar adelante con el municipio las restauraciones y puesta en valor de la fachada. Básicamente si ellos se hacen cargo, la comuna los exceptúa de impuestos inmobiliarios. O puede ser de otra forma. Alguna vez se habló de que si el municipio se hacía cargo de los gastos de obra, el propietario se comprometía a abrir un sector de acceso libre al público, con una finalidad turística y educativa. Eso se habló una vez. Ojalá, más allá de todo, se llegue a un acuerdo”, explicó el arquitecto Atilio Laurini, director de Patrimonios y Museos de la Municipalidad de Paraná, en diálogo con ANALISIS. Se entiende que otro sector municipal es quien se tiene que encargar de reubicar a los vendedores, ya que el frente de la casa necesita de los mismos cuidados que requiere el edificio del Colegio de Nuestra Señora del Huerto, que data del mismo tiempo.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
