Marcelo Comas

La Escuela de Canotaje, Expedición, Natación y Aguas Abiertas cumplió 22 años de una incansable tarea a favor de la naturaleza y las actividades náuticas. Es la única institución en su tipo en toda la provincia, con una importante cantidad de embarcaciones y el orgullo de contar con un espacio propio. Todo marchaba con normalidad hasta que trascendió que el espacio que ocupa la entidad en uno de los galpones del Puerto Nuevo sería concesionado en el futuro para la explotación de un emprendimiento comercial. Desde la Comisión Directiva de la entidad tomaron la noticia con calma y hasta ya se habla de un posible traslado a uno de los edificios en desuso de la Dirección de Paraná Medio y Vías Navegables. “A ese lugar siempre lo asocié como futuro asentamiento de la Universidad del Río”, afirmó el Eduardo Riera Borri, titular de la ECENAA.

La Escuela de Canotaje, Expedición y Natación en Aguas Abiertas (ECENAA) nació en 1987 de la mano de un grupo de entusiastas que realizaron un extenso raid entre Brasilia y Buenos Aires. En un esfuerzo sin igual lograron unir ambos destinos, en una travesía pocas veces igualada, que entregó sus frutos con la creación del Movimiento Pacis Nuntii. Ése fue el primer paso de una larga historia que ya acumula 22 capítulos, incluso con cambios de sede hasta la radicación definitiva en uno de los galpones del Puerto Nuevo. En sí, es un detalle que poco importa a la hora de evaluar el recorrido de la única escuela en su tipo a lo largo de todo el territorio provincial. De hecho, el primer hogar de los exponentes de la disciplina fue el viejo Yatch Club y desde ese espacio se fueron delineando los principios de un verdadero proyecto deportivo.

De vez en cuando es bueno reconstruir el significado cultural de este tipo de acontecimientos en función del legado que es posible transmitir a las generaciones venideras. Son sólo detalles de una historia rica en anécdotas, más emparentada con la difusión de una ideología y en relación directa con el deporte. A la vera del río Paraná, enmarcada por un paisaje natural de ensueño, funciona la ECENAA, bajo la supervisión de Eduardo Riera Borri y un grupo de profesores especializados en la materia.

Con más de dos décadas instruyendo a los amantes de la actividad náutica y promoviendo la paz social entre los habitantes de todo el planeta, este paranaense que ya atravesó la barrera de los 40 años parece disfrutar a la hora de revivir los inicios de esta verdadera gesta por la vida y en defensa de la madre tierra. De repente, retrocede en el tiempo como por arte de magia y se remonta a la década del 80. Con la vista fija en el horizonte se entrega de cuerpo entero a los recuerdos, como en un círculo de nostalgia que parece nunca cerrarse y se aferra a algo más grande que está por venir.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)