Daniel Enz
Cuando era joven conoció la cárcel y la marginalidad. Proviene de una familia muy humilde del Barrio Antártida de Paraná y hoy por hoy es el “jefe barrial”. El negocio de la marihuana le cambió la vida, tanto a él como a sus allegados directos y seguidores. Daniel Celis, nacido en 1976, es en la actualidad el principal vendedor de marihuana en Entre Ríos y quizás el mayor operador del narcotráfico, teniéndose en cuenta que, a su vez, también empezó a transitar por el camino del negocio de la cocaína, aunque, todavía, su fuerte sigue siendo lo otro.
El mercado creciente de la blanca y de las drogas de diseño lo empezaron a seducir, en especial por su versatilidad, sencillez de fabricación y facilidad de ocultamiento para su tráfico.
Su fachada en el barrio es de “vendedor de autos”, pero si bien su número fijo de teléfono figura en la última guía de Telecom, no aparece casi en ningún registro. No tiene celular a su nombre, ni caja de ahorro, ni cuenta corriente, ni figura como empleado o empleador de nadie. Lo único que tiene a su nombre son dos vehículos Toyota 2007, aunque en ellos se lo ve poco y nada.
Siempre se mantuvo con bajo perfil y nadie sabe muy bien qué fue lo que le sucedió a principios del año pasado, cuando decidió mostrarse públicamente y, junto a dos amigos, oficiar de representante de modelitos locales que recién se iniciaban, a través de un sello denominado Reacción Groupe, que, al parecer, tuvo escasa vida. Llegó a encabezar una conferencia de prensa y diagramó todo un esquema de megadesfile en las instalaciones del Club Echagüe, que no tuvo el éxito esperado, pese a la promoción de varios meses en diferentes medios. Precisamente, fue ANÁLISIS quien lo dejó al descubierto como uno de los principales narcotraficantes de Entre Ríos y por ende bajó el perfil.
“Creyó que nadie se iba a dar cuenta de su doble juego: como representante de modelos jóvenes por un lado y, a la vez, como vendedor de marihuana”, se indicó. El Tavi Celis -como se lo conoce- pensaba ampliar su horizonte empresario en el negocio del modelaje, por dos aspectos: por un lado, desarrollarse como representante, a partir de su “capacidad y contactos”, lo que le determinaba suficiente liquidez de dinero para poder lavar la plata sucia de sus operaciones con la droga y, por el otro, era una importante justificación para viajes futuros, principalmente a provincias tales como Santa Fe, donde tiene una cabecera de playa importante en la venta de marihuana, San Luis o La Pampa. En esta última provincia viene desarrollando su accionar, a partir de contactos familiares que tiene allí. Hace cerca de un año personal de la Dirección de Toxicología de la provincia -que depende de la Policía de Entre Ríos- hizo un trabajo conjunto con personal policial de La Pampa, para interceptarle un cargamento, pero el dato se filtró y por ende nunca lo pudieron detener. “Se enteró por algún policía y pasó tres días después de lo previsto, cuando supo que ya no existían los controles diagramados”, se indicó a ANÁLISIS.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)