Sobre la libertad de expresión

Nunca es el momento

Edición
932

Por Oscar Londero

Igual de relevantes resultan otras dos cosas relacionadas con esas denuncias sobre eventuales presiones a la prensa y maniobras autoritarias para coartar la libertad de expresión. Primero, que sean mediáticas –contradiciendo esa idea del silencio al que está condenada una parte de la oposición- y después, que provengan de funcionarios que en otro momento supieron ejercer el poder formal.

Planteado en esos términos pareciera que los llamados a los medios para expresar malestar o sugerir que no se publiquen y/o difundan determinadas informaciones comenzaron con esta década. Como si hasta entonces hubiéramos estado rodeados de santos.

Sin embargo, esa práctica nefasta y contraria a lo que debe entenderse por el genuino ejercicio de la libertad de prensa tiene unos cuantos años de historia. No se trata de algo original: dos décadas de ejercicio como periodista han servido, entre otras cosas, para conocer de cerca algunos ejemplos.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

Edición Impresa

Edición Impresa