Por Camila Fernández
El piso de adoquines ya no se ve en el patio de la Casa de la Cultura. El aljibe está rodeado de bolsas de cemento y escombros. La antigua casa de 1880 está cambiando su piel y se pone irreconocible a los ojos de cualquier amante de su recuerdo. Los espacios vacíos se confunden y se unen para ser algo distinto, un híbrido entre arquitectura italianizante y posmoderna. Es casi increíble ver esas pilas de ladrillos, baldes, mezcladoras y andamios desparramados por toda la esquina luego del proceso kafkiano que los trabajadores del centro cultural y la misma ciudad atravesaron para ver a esta obra tomar forma.
La casona fue construida entre 1885 y 1887 por el arquitecto Bernardo Rígoli, el mismo que diseñó la Casa de Gobierno y el Club Social. Por aquella época no había demasiadas edificaciones con dos plantas y ello eleva el valor patrimonial de la casa, que permanece en 9 de Julio y Enrique Carbó como una humilde espectadora de las transformaciones que el tiempo fue introduciendo a su alrededor.
Desde el 2011 se está llevando a cabo la ampliación, restauración y puesta en valor de la casona donde vivía la familia Solari. En la planta de arriba estaba instalada la casa y en la de abajo atendían un comercio. Como muchas de las edificaciones que habitaban las familias refinadas, ésta también tuvo un destino cultural. El 17 de julio de 1981, el gobierno provincial la declaró de utilidad pública y desde 1989 funciona como Casa de la Cultura de Entre Ríos y como Centro de Artesanos de Paraná. Su estilo ecléctico a la manera italiana era clásico de Rígoli, así como la arquitectura italianizante lo fue a fines del siglo XIX y principios del XX en Argentina. Su valor arquitectónico es incalculable.
A pesar de ello, con el pasar del tiempo la vieja casona se venía abajo. La estructura ya no soportaba siquiera las vibraciones de la música a alto volumen, la humedad atravesaba sus paredes y las maderas originales estaban deteriorándose rápidamente. Hoy la empresa Szczech y Szczech está poniendo en valor este patrimonio gracias a una inversión de 7.344.153,56 pesos del gobierno provincial. Según el encargado de la obra, estaría finalizada en julio, aunque desde la institución no se arriesgaron a determinar una fecha ya que la puesta en marcha del centro cultural es otra etapa que también llevará su trabajo. Sin embargo, se estima que el avance del proyecto es de un 37 por ciento aproximadamente.
Al visitar la casona puede verse cómo la escalera de mármol está regada de polvo. Nos lleva a la planta alta. Faltan todas las aberturas y el sol entra por los espacios que dejaron libres las ventanas, haciendo resplandecer el blanco de las paredes recién pintadas. Desde las galerías de arriba se observa que ya no está la escalerilla que llevaba a los sanitarios. Ahora hay dos salas nuevas. Abajo, se levanta un auditorio que alojará alrededor de 120 personas sentadas, o al menos eso se proyecta. El lugar tendrá equipos estándar de iluminación y sonido necesarios para proyecciones audiovisuales, conferencias, espectáculos musicales, de teatro y danza, además de los correspondientes depósitos y camarines.
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