D.E.
El inversor mexicano Gregorio Sánchez Martínez ya no tiene problemas. En poco más de seis meses quedó claro que nadie está dispuesto a molestarlo en este país, ni exigirle demasiadas respuestas. Por eso fue quizás que la jueza federal de Posadas, Verónica Skanata, optó por archivar la causa que le había iniciado por lavado de dinero, a raíz de una operación millonaria en Entre Ríos y luego de una advertencia de la Delegación de AFIP de esta provincia, a su par misionera, tras una investigación periodística de ANÁLISIS.
Lo más extraño del caso fue que nunca se constituyó como querellante la Unidad de Información Financiera (UIF), pese incluso que uno de los altos funcionarios del organismo nacional, como Germán Saller, llegó hasta Posadas y analizó los inicios del expediente, según pudo saber esta revista. Algunas fuentes indicaron que la decisión de la jueza provocó cierta indignación en la AFIP y en especial en su titular, Ricardo Echegaray, quien se había involucrado personalmente en el tema, cuando fue advertido del caso desde la Delegación Entre Ríos, que conduce el contador Daniel Tortore. Los investigadores de la regional entrerriana salieron indignados la última vez que intentaron ingresar al amplio predio comprado por el inversor mexicano, hace poco más de un mes, para hacer una inspección regular -como suele suceder con cualquier contribuyente- y los atendió el propio Greg Sánchez Martínez. Pero el charro se negó a dejarlos ingresar e incluso les respondió con una frase en latín, como para dejarles claro que no iban a pasar la tranquera, tal como había sucedido a mediados de junio –tras la denuncia de ANÁLISIS-, cuando el mexicano no se encontraba en país y llegaron varios sabuesos de AFIP –incluso acompañados de gente de Capital Federal- a realizar un relevamiento ocular.
/// (Mas información en la edición gráfica del jueves 11 de diciembre de 2014 de la revista ANALISIS.