Antonio Tardelli
Cualquier cosa menos sorpresa generó la negativa de la Cámara de Diputados de Entre Ríos al pedido de desafuero formulado por el Poder Judicial para dos de sus integrantes. La mayoría del Frente Para la Victoria (FPV) rechazó las peticiones dirigidas alos legisladores Sergio Urribarri y Juan Carlos Darrichón, ambos oficialistas, involucrados en sendos casosjudiciales.
Las situaciones son diferentes: lo de Urribarri es un proceso por calumnias e injurias, y lo de Darrichón un suceso vinculado a su administración como intendente de Diamante. Por lo tanto, no es idéntico el sitio de uno y otro. Sin embargo, para ambos funcionó la prerrogativa política que en los hechos, por la desvirtuación de un instituto virtuoso, ubica a los legisladores fuera del alcance de la ley.
La institución de los fueros fue pensada para colocar a los parlamentarios lejos de las artimañas de un Poder Ejecutivo de características autoritarias capaz de pergeñar situaciones de persecución política. Los fuerosoperan así como una garantía para el legislador y de algún modo como una precaución que la ciudadanía se permite frente a eventuales abusos del poder administrador.
El tiempo los fue transformando, desgracia institucional, en un abuso del poder. Se convirtieron en un escudo que eventualmente protege a los malhechores.
(Más información en la edición número 1048 de la revista ANALISIS del jueves 6 de octubre de 2016)