L.D.
La irregularidad que los trabajadores observan en las designaciones se origina en enero de 2016, cuando comenzó la gestión de Sergio Granetto al frente del organismo. En ese entonces, se aprobó por medio de un decreto que llevó el número 249 un esquema de los cargos que integran la estructura superior de la administradora tributaria que enseguida fue cuestionado por los delegados gremiales.
Para comprender las objeciones hay que remontarse al momento de la creación de la ATER, por medio de la Ley 10.091, que fusionó en un mismo ámbito las direcciones General de Rentas (DGR) y de Catastro. En su artículo segundo, esa ley dispuso la continuidad de las orgánicas que regían en ambos organismos.
El artículo quinto de la misma ley estableció que la estructura superior del organismo debía ser fijada por el Poder Ejecutivo. En consecuencia, en 2012, durante la gestión de Marcelo Casaretto al frente de ATER y de Sergio Urribarri como gobernador, se elevó un expediente (número 1376397) con el detalle unificado de esa estructura de conducción de la administradora tributaria.
La lista de jerarquías que allí se plasmó era idéntica a la que surgía de la ley que establecía la fusión de organismos, por lo que el Ministerio de Economía, Hacienda y Finanzas, entonces conducido por Diego Valiero, opinó que no hacía falta emitir un decreto y el trámite en cuestión fue desactivado.
En enero de 2016, al asumir Granetto, consideró necesaria la creación de una nueva dirección y dos subdirecciones para llevar adelante su programa de gestión. Para conseguir ese incremento en el número de cargos directivos, el funcionario ideó una vía rápida no iniciando un trámite de cero, sino reutilizando aquel expediente 1376397 de la gestión de Casaretto.
“Así también evitó exteriorizar y fundamentar la diferencia existente entre el motivo del expediente originado tres años antes por otra gestión y la pretensión actual de incrementar los cargos jerárquicos que, además, debían contar con la afectación de partidas presupuestarias. Sólo hubo que atreverse a cambiar una hoja y obtener en fecha 19 de febrero de 2016, en tiempo record, mediando receso administrativo, el dictado del decreto 249/16 con la aprobación de la Estructura Superior Jerárquica de la ATER”, se indicó en un paper elaborado por trabajadores del organismo al que accedió ANÁLISIS.
Un detalle sin funciones
Además de la “apropiación de un expediente agotado” y de “valerse de instancias administrativas que éste había superado para conseguir la aprobación de una propuesta diferente”, los trabajadores marcan que la estructura superior jerárquica creada por la actual gestión, con el aditamento de una nueva dirección y dos subdirecciones, refleja solamente un simple detalle de los cargos jerárquicos.
Entienden que dista mucho de interpretarse que lo plasmado en el decreto 249/16 es la modificación de las orgánicas existentes y fusionadas creando nuevos cargos. “De sus considerandos no surge en lo más mínimo que sea con ese fin y ni la parte resolutiva trata la asignación de funciones y responsabilidades para las nuevas jerarquías”, objetan.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del jueves 7 de septiembre de 2017)
