Por Nahuel Maciel
La quinta sesión ordinaria del Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Gualeguaychú, que se desarrolló el lunes 16 de abril, pasará a la historia por haber aprobado por amplia mayoría la ordenanza que prohíbe el uso, venta, comercialización, aplicación, expendio, almacenamiento y transporte de glisofato.
Se trata de una norma que fue ampliamente debatida en la labor de la Comisión Conjunta y que implicó conocer todas y cada una de las perspectivas relacionadas con el ambiente, la producción agropecuaria en todas sus escalas, ONG y expertos y profesionales vinculados con la temática.
Los bloques de concejales del Frente para la Victoria más UNA lograron los nueve votos que marcarán historia contra los tres que se oponía y pertenecen al bloque Cambiemos.
Se trata de una Ordenanza que va más allá de una simbólica prohibición, porque faculta al Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) a conformar una comisión ad hoc, que tendrá por objeto “el estudio y seguimiento de la temática, donde se encuentren representadas todas las fuerzas políticas integrantes del Honorable Concejo Deliberante, como así también las áreas competentes del DEM; pudiendo ser invitadas a participar las instituciones y organizaciones intermedias que desarrollen actividades vinculadas a la defensa del ambiente y de la salud”.
En los fundamentos de la Ordenanza se tuvo en cuenta el estudio realizado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), que es un ámbito especializado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que confirmó la vinculación entre el glifosato y el cáncer y subraya las influencias nocivas a la salud de la población de este químico que es utilizado en la provincia y en el país sin mayores controles.
Las entidades del campo habían señalado en el marco de este proceso deliberativo su terminante oposición a la prohibición, privilegiando la rentabilidad por encima de la salud de la población.
El sábado 14 de abril (48 horas antes de la sesión del Concejo) convocaron a una conferencia de prensa en la que advirtieron que esta prohibición “acrecentará el éxodo del campo a la ciudad” e incluso amenazaron con recurrir a la Justicia Federal para que se declarare inconstitucional.
“Esto nos preocupa porque está abarcando una zona en la que se encuentran 33 mil hectáreas productivas, y con esta normativa se le estaría sacando una herramienta muy importante al productor”, explicó el ingeniero agrónomo Walter Feldkamp.
“Una vez que esta ordenanza se promulgue, va a tener que ver cómo realizará el control de un área tan grande. Si vemos que la provincia no cuenta con los recursos para controlar, veremos cómo lo va a ser la Municipalidad”, desafió.
Paradójicamente sostuvieron que: “Tenemos en claro que el glifosato es un veneno y de hecho lo es, pero para mitigar esto hemos presentado un proyecto de buenas prácticas agrícolas, que la aplicación sea regulada y el propio INTA aseguró que de los 440 principios activos que tiene el vademecum agropecuario no hay que prohibir ninguno sino controlar a todos”.
Es oportuno recordar que las entidades del campo ya se reunieron con el HCD el 28 de febrero, cuando manifestaron la dificultad de la sustitución del glifosato en el actual modelo productivo.
Pero se trata de las mismas entidades agropecuarias que desde hace varias décadas se muestran pasivas ante las prácticas que son dañinas al ambiente y generadoras de sequías e inundaciones, de desertificación y aridez de los suelos y simultáneamente el envenenamiento de los cursos de agua dulce, junto a un incremento notable de casos de cáncer en la población urbana y rural.
(Más información en la edición gráfica número 1076 de la revista ANALISIS del jueves 19 de abril de 2018)
