Por FernyKosiak
¿Qué canciones cantabas de niña?
—Estaba a full Chiquititas en esa época, con las coreografías y todo. Antes estaba Reina en Colores que a mí me quedó como un esbozo, porque era mi hermana la que escuchaba. También en casa había un casete de María Elena Walsh que mi vieja había comprado, y tengo el recuerdo de ella cantándonos esas canciones que hasta el día de hoy las escucho y me emocionan. No tengo una referencia muy vívida sino que son como pinturas de algunas canciones, pero hasta hoy es una de las compositoras que me conmueve, un lenguaje clásico ya. Hace poco las volví a oír. Cuando las escuchás no sabés muy bien qué te pasa, porque es algo viejo, medio cargado de sublevación también.
Y después de Chiquititas ¿cómo siguió tu aprendizaje musical?
—Después vino la iglesia. Iba al coro y ahí comencé a tomar clases de guitarra. El escenario en cuanto a espacio para compartir música, era el domingo en la misa. Después empecé a estudiar con otras personas y creo que también está la influencia del pop de los noventa, que me marcó más en lo musical y no tanto en las letras, porque mucho era en inglés. Hoy que las vuelvo a oír, descubro que algunas letras son creativas pero eso no quiere decir que sean poéticas. Todo eso está en la base, no hay una intelectualidad o algo elegible desde el punto de vista estético, era algo que estaba en mi mente. Después comencé a profundizar sobre cosas que me llamaban la atención y que tienen que ver con el folclore Latinoamericano, con el jazz pop.Cada músico que descubrí me llevó a lugares que me atraparon. Fui descubriendo desde artistas mundiales y de otras épocas, como Ella Fitzgerald, a las locales como las Tamvos.Conocí algo distinto a lo que me había brindado mi realidad, mi entorno.
Volvamos un poquito ¿te acordás cómo fue la sensación de ese primer escenario en la iglesia?
—No me importaba nada, yo quería tocar. Por ahí hablando con mi madre, ella me recuerda cosas de esa época que yo no me acuerdo.Pero lo que me importaba era tocar la guitarra, eso era todo. Por ahí había unos arreglos y yo me ponía contenta de que me salían esos arreglos. Mi conciencia en la iglesia estaba en la música, yo a lo demás no lo entendía muy bien. De todos modos, por la forma de la iglesia, nosotros quedábamos medio escondidos y eso también era cómodo para mí, porque no había nadie mirando.
Todas estas influencias que me mencionás ¿cómo definen tu estilo hoy?
—Son puntas que después van encontrando su cauce y se desarrollan. Bases musicales que había en temas pop de los noventa, que son hiphoperas y que las reconozco de cuando yo tocaba con G-Fonk. Rockeros como el FlacoSpinetta también están, como para descubrir que se puede llevar al extremo el vuelo musical y poético, no como un horizonte, sino como camino posible para componer. Pero no hay algo que diga “esto me apasiona”, sino colores y cosas que se van uniendo.
(Más información en la edición gráfica número 1083 de la revista ANALISIS del jueves 9 de agosto de 2018)
