Luciana Dalmagro
-Circulan múltiples versiones sobre usted en medios y en ámbitos políticos. Que va a ser candidato a gobernador o a intendente de Paraná, que va por afuera o por adentro y hasta que integraría fórmula con el gobernador Gustavo Bordet. ¿A qué atribuye tantas especulaciones en torno de su figura?
-Por suerte yo no tengo ese matete en mi cabeza. Algunos comentarios me llegan, otros no. Lo que está en mi cabeza es una preocupación enorme por el momento político de la Argentina, por el presente y el destino de todos, si bien sé que hay una cuestión electoral rumbo a 2019 y uno camina y habla con la gente. Ya vendrán naturalmente las cuestiones relativas a las candidaturas. Todas las posibilidades pueden ser. Suena a frase armada, pero me siento un eslabón de un proyecto político que obviamente va a tener definiciones y, como cualquier ciudadano o compañero, voy a asumir esas definiciones. Es un momento dificilísimo como para decir que yo voy a ser tal o cual cosa. En esa construcción, si hay cientos y cientos de ciudadanos y compañeros que manifiestan que uno puede servir, estaría dispuesto. Pero no desde la construcción personal o individualista.
-¿Dispuesto a cualquier candidatura?
-No. Yo intendente ya fui dos veces, la primera con 36 años. Tengo el honor de que mis conciudadanos hayan confiado en mí, más allá de que algunos dicen que estuve a la altura de las circunstancias y otros dicen que no.
-¿Lo de acompañar en la fórmula a Bordet tiene alguna entidad?
-No hay nada de eso. No lo hablé con nadie. Quiero trabajar en pos de la unidad, sin descartar a nadie. Pero no estoy a favor de lo que plantean algunos gobernadores que se presentan como una alternativa sin Cristina (Kirchner). Esa alternativa sin Cristina es jugar a favor de la ambición de Mauricio Macri de seguir siendo presidente de los argentinos. No podés sentarte a dialogar diciendo eso. ¿Quién tiene la potestad de poder tachar a alguien? De tachar a una mujer coherente, que ha sufrido embates despiadados hasta por ser mujer, lo que más me hace estar al lado de Cristina, a quien respeto profundamente y sé que se ha ganado el cariño de los más humildes. Cuando uno va a los barrios te hablan de Cristina. Entonces, cuando cinco o seis gobernadores, a quienes yo respeto porque han sido ungidos por el voto popular, dicen que son una alternativa, pero sin tal o cual, me pregunto desde dónde lo dicen.
-¿Esa diferencia en torno de la figura de la expresidenta hace imposible un acuerdo electoral con el sector del gobernador?
-Hace tres años todos estaban con Cristina. Hace dos años y medio la negaban. Hoy algunos van cambiando. Yo soy parte de un espacio político que pretende ampliar las bases de sus posibilidades, con todos los sectores de la sociedad.
(Más información en la edición gráfica número 1091 de la revista ANALISIS del jueves 6 de diciembre de 2018)
