Ricardo Annichini es ex Puma. En los últimos años, su mano para la cocina lo hizo aún más conocido. Todavía  recuerdan en el polo gastronómico porteño su Jangada, un lugar donde el pescado de río convocó a los paladares más exigentes de Buenos Aires. Hoy el Chani se dedica a lo orgánico y saludable. Habló con ANÁLISIS de su propuesta gastronómica, de las razones que lo llevaron a dejar el rugby, de la política y de sus sueños.

Claudia Martínez

(Especial para ANÁLISIS)

ElChani, como le dicen, es un personaje. Alto, atlético, se le notan los años de rugby que tuvo, pero lo que más se le nota es la pasión por la que vive: la cocina.

Lapan es el restaurant, cafería y tienda saludable, que está en una esquina emblemática de Paraná: San Lorenzo y Corrientes. En ese lugar todo es distinto; los aromas, los colores, los sonidos, la calidez.

El entrevistado espera a ANÁLISIS con un café bien caliente, en una tabla de madera y servido en un cuenco de cerámica. Todo es distinto.

Mientras alrededor los meseros y meseras preparan todo para el desayuno, Ricardo habla sobre lo que dejó en Buenos Aires: Jangada. La distancia, el extrañar Bajada Grande, el río marrón, el pescado, hicieron que la familia

Annichini dejara la gran ciudad y se viniera otra vez a asentar su destino en el lugar que los vio nacer.

“Vos nos sabés los reclamos que recibimos cuando cerramos Jangada”, cuenta. El que más los recibe es Mauricio Dayub, que era socio del Chani en la aventura gastronómica que supo desembarcar en el lugar más top de Buenos Aires.

Alguna vez alguien escribió una suerte de despedida de ese maravilloso lugar que deleitó los paladares de los más famosos y de los amantes del pescado de río (http://estonoesunarevista.com.ar/nro012/sabores.html) .El artículo en cuestión decía que “habiendo sido uno de los pocos restaurantes en la ciudad de Buenos Aires especializado en pesca de río, corrió con ventaja por la exclusividad y haciendo pie en su pareja calidad. Por ello, una parte de nuestra historia gastronómica se pierde junto con Jangada”.

Cuando esta redactora le lee el artículo, el Chani hace silencio y se sorprende. “Fue  algo muy distinto en Buenos Aires”, reconoce.

—¿Por qué te fuiste de Buenos Aires estando en lo más alto?

—Nos volvimos porque, como dicen los correntinos,no nos hallábamos. Porque nosotros estuvimos cinco años con toda la familia y empezaron a crecer las niñas y cada vez que veníamos a Paraná era un llanto volver a Buenos Aires. Acá se sentían identificadas con todo lo que pasaba. Básicamente con su libertad; Buenos Aires no nos permitía que ellas fueran libres y que pudieran andar en libertad, teníamos que llevarlas y traerlas. Hoy Lara y Luana tienen 19 y 21 años. Laura es nacida y criada en Bajada Grande, el primer lugar donde paramos. Lo único que teníamos era un árbol enfrente, no había horizonte, mis hijas son criadas en Bajada Grande. Al principio fue divertido pero de a poco se les empezó a complicar su vida, a las chicas, pese a que hicieron amistades, pero no nos hallábamos.

Se volvieron ellas primero en el 2010 y luego, un año más tarde, el mismo Chani. “No me volvería hoy”, reconoce por más que  todo el mundo hablaba de ese lugar. Las hijas de Bush, el ex presidente de los Estados Unidos, fueron las invitadas ilustres de ese lugar.

Fueron tan famosos que el New York Times les hizo una nota.“Fue tal la revolución, una nota fue a Tomo I uno de los más míticos, a otro y a nosotros. A los seis y siete meses ya estábamos en ese diario, salimos en la revista Selecciones, y revistas especializadas de gastronomía. Nosotros comenzamos  en el Chacarerean, el teatro de Mauricio Dayub, haciendo La noche de las bogas y  cargando las tablas con mi mujer y mis ayudantes, todos los primeros martes del mes. Era increíble: el teatro tiene en la parte de atrás un patio y una parrilla. A la mañana me iba a cocinar, preparaba todo. Arrancamos con 60 cubiertos y llegamos a tener 140. Terminamos metiendo mucha cantidad de gente. Ahora abrió Surubí. Vos sabés la cantidad de gente que se acuerda. Fue un buen momento”, dice.

(Más información en la edición gráfica 1104 de la revista ANALISIS del jueves 12 de septiembre de 2019)