
Los cien años de Mario Bunge, el filósofo incómodo
Ignorado o detestado en su país, en especial por quienes se sienten atacados por sus irrefutables ataques, en estos días arribó a sus cien años el físico y matemático argentino que es considerado el filósofo de la ciencia más importante del mundo, y que nunca estudió en una carrera de filosofía. Mario Bunge es, sin embargo, autor de una obra monumental, calificada como la única propuesta contemporánea de un sistema filosófico. Algo así como un Aristóteles, un Kant, o un Bertrand Russell de nuestra época. Aquí se revisa algo de su monumental trabajo y se esgrimen cinco razones para leerlo, y una yapa.
A.S.
Mario Bunge, quien vive en Canadá desde hace más de medio siglo, en sus memorias escritas a los 95, se muestra como lo que ha sido: un decidido militante contra la falsedad y la hipocresía que esclavizan a la humanidad, lucha que llevó adelante en los dos mundos en los que siempre se sintió ciudadano pleno: el de la ciencia y el de la filosofía. De allí el titulo de su autobiografía: “Memorias entre dos mundos".
Para Bunge, en un sentido amplio todas las personas filosofamos. Pero en cuanto a la actividad específica, es partidario de una filosofía científica, una filosofía que sea no sólo “exacta” (es decir que use términos claros y precisos) sino también coincidente con el conocimiento en manos de la ciencia y la tecnología de la época. Parece razonable, ¿verdad? Sin embargo, su prédica no tiene mucho éxito en el mundo de la academia argentina, se la puede considerar casi nula entre periodistas, igual a cero en la política y algo más difundida y respetada, apenas, entre la ciencia.
¿Por qué? Porque Bunge es muy incómodo, inquietante y provocador. A tal punto que un blanco principal de sus posiciones críticas es la misma filosofía, a la que considera contaminada de dogmatismo, creencias indemostradas y oscurantismo. Bunge se define, o mejor dicho, define a su filosofía como realista, cientificista, materialista y sistemista. Quizás eso no diga mucho para quienes no estén familiarizados con la filosofía, así que digamos rápidamente qué sostiene:
Que la realidad, todo lo que existe, es material y es inteligible, es comprensible; que hay varias formas de relacionarnos con la realidad pero que de todas la que mejor conocimiento nos da sobre aquella es la investigación científica. Y no cualquier disciplina es ciencia: tiene que ser capaz de someter sus afirmaciones a los requisitos mínimos que establece la comunidad científica. Además dice que todo lo que existe, todas las cosas sin excepción son sistemas o partes de un sistema. Que como sistemas tienen propiedades que sus partes, por separado, no tienen. Y en cuanto a lo ético, dice que hay hechos y verdades en ética, es decir que hay cosas que están mal objetivamente; se guía por la máxima «disfruta de la vida y ayuda a otros a vivir una digna de ser disfrutada» y además sostiene que a cada derecho le corresponde una obligación pero también a la inversa.
(Más información en la edición gráfica 1105 de la revista ANALISIS del jueves 26 de septiembre de 2019)