
Volvió a Paraná después de estar en Paraguay y Buenos Aires y de un derrotero que incluyó golpes, autoexilio, llanto y vergüenza. Lourdes no es trans: ella se denomina “intersexo”. En charla con ANÁLISIS explicó por qué no se encuadra en otras definiciones, qué piensa de las tribus, lo que le costó insertarse para trabajar y qué la hizo volver a la ciudad que hoy la recibe junto a su hijo.
Claudia Martínez
(Especial para ANÁLISIS)
Nunca se le preguntó durante la nota cuál era el nombre con el cual nació. “Me llamo Lourdes Xiomara” definió, a la vez que acomodaba su pelo largo con mechas claras hacia atrás.
Habla bajito mientras revuelve el cappuccino que pidió, y comenzó a contar por qué se denomina una chica intersexo.
Vale la pena mencionar que según la biblioteca de Medicina de Estados Unidos, en las personas intersexo “hay una discrepancia entre los genitales internos y externos (los testículos y los ovarios)”.
“El término antiguo para esta afección es hermafroditismo. Este grupo de afecciones cada vez más se están llamando trastornos del desarrollo sexual (DSDs, por sus siglas en inglés). La intersexualidad se puede dividir en cuatro categorías”, dice y detalla la combinación de cromosomas que corresponde a cada categoría.
Lourdes cuenta que vivió en Buenos Aires durante casi 9 años y que se fue en 2005. Que fue un ícono de Paraná pero ahora cuando anda por la calle saluda a mucha gente y nadie la reconoce. Que se recibió de técnica en Diagnóstico por Imágenes.
“En el 2015 me voy a Paraguay porque estaba con un hombre golpeador. Estuve casada .Tuve un hijo por vientre subrogado y decidí separarme. Yo me junté con otra persona y él con otra. Pero después de un tiempo, la persona con la me junté me golpeaba”, y muestra las cicatrices en su brazo.
“Terminé en Paraguay porque él me iba a matar. Los golpeadores son maníacos y todo lo que dicen del botón antipánico es mentira. Cuando estás con un hombre golpeador, no es solamente una piña o un cachetazo, sino también armas en la cabeza. Hay mujeres que han tenido botón de pánico perimetral, abren la puerta y le dan un balazo en la cabeza”, dice.
El trabajo y la vida
“Yo era jefa de un sector de diagnóstico por imágenes en José C Paz. Tenía mi casa, auto, una buena vida. Tuve que escapar por miedo… o escapaba o me moría”, asegura.
(Más información en la edición gráfica 1105 de la revista ANALISIS del jueves 26 de septiembre de 2019)