S.A
Ante la pandemia por el coronavirus, los eventos masivos se encuentran prohibidos. Ferias, festivales, incluso puestos al aire libre; circuitos que el artesano habita. ANÁLISIS consultó con referentes del sector sobre las necesidades que atraviesan desde siempre y que día a día recrudecen, el deseo de reconocimiento como trabajadores de la cultura popular y la necesidad de la reglamentación de la Ley de Artesanos, promulgada en enero de 2019.
El artesano, transforma la naturaleza con sus manos; barro, arcilla, chala, lana; calabaza y asta para hacer el mate; metales, cueros, madera. Se vincula con su tierra, la resignifica; una práctica heredada que concentra la historia y los saberes de un pueblo. ¿Qué dirán sus manos de lo que nos toca hoy? Lo cierto es que el sector se encuentra, casi, paralizado en su totalidad. ¿Cómo sobrevive el sector que se alimenta del contacto con el otro, en un contexto de pandemia mundial que imposibilita acercarnos?
“En realidad los que viven solamente de ferias, no viajan desde el febrero. Algunos subsistieron un tiempo con sus ahorros, que por lo general siempre es así hasta la feria de Semana Santa, que esta vez no la tuvimos porque estábamos en la cuarentena. Ahí recrudeció, en principios de abril. Algunos se la rebuscaron y siguieron vendiendo cosas por internet, pero son los menos. Las ventas cayeron a cero; lo mismo los que dan talleres, las clases por internet son muy difíciles, casi imposibles “, cuenta a este medio Flavia Bustos, presidenta del Centro de Artesanos del Departamento Paraná, que funciona en la Casa de la Cultura de Entre Ríos hace más de 20 años y que hoy, se encuentra cerrada.
“Nunca esperábamos estar tanto tiempo aislados y con tanta necesidad. Los artesanos estamos sufriendo mucho no poder obtener la materia prima, sobre todo, ya sea porque no se puede viajar o porque no hay dinero. Las ferias están cerradas, muchos artesanos se han borrado del monotributo, porque no lo pueden sostener, entonces no pueden acceder ni a un subsidio. Siempre quedamos rezagados en ese tema, el presupuesto de cultura está destinado a otros rubros que convocan más”, detalla, por su parte, María Troncoso, ceramista.
Ayuda económica
Monotributistas, cuentrapropistas. El artesano es un trabajador de la economía popular que, generalmente, se encuentra inserto en la economía informal. Si no vende no produce; si no produce y no vende, no come. Con la mayoría de los espacios de circulación de sus objetos cerrados, esto recrudece. “Es un sector que en su gran mayoría trabaja de manera informal, he ejercido el oficio de manera profesional toda mi vida, sin duda que los oficios artesanales forman parte de lo que es la economía social y popular, por ahí se habla mucho de el valor de la artesanía y no se tiene en cuenta al artesano, que es el que la realiza. Nuestra provincia a partir del 2018 cuenta con una ley provincial que declara a las artesanías promueve acciones para jerarquizar al artesano como un trabajador”, dice a este medio, Rómulo Vidal, director del Museo y Mercado de Artesanías “Carlos Asiaín”; lugar de fomento y circulación de la actividad en Entre Ríos.
(La nota completa en la edición 1114 de la revista ANALISIS del jueves 17 de septiembre de 2020)
