Rubén Virué aborda en este diálogo la necesidad de recuperar el diálogo como una forma de construir “puentes” o vínculos que permitan superar la grieta política que se personaliza en Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri y todas las corporaciones que hay a su alrededor. Cree que eso es posible y expone como ejemplo la labor parlamentaria que muchas veces alcanza consenso para aprobar leyes en medio del desacuerdo o el disenso. Del mismo modo, lamentará la falta de vocación para dirimir las diferencias partidarias especialmente en el Partido Justicialismo, cuya dirigencia arma listas electorales únicas simulando que son de unidad y no permitiendo la participación democrática.
Por Nahuel Maciel
Rubén María Virué nació el 29 de enero de 1960 en Rosario, Santa Fe. Su madre, Marina Aída, era oriunda de Paraná y su padre, Rubén Amaranto, de Larroque. Tiene dos hermanas.
Está casado con Stella Maris y es padre de cuatro hijos: Alejandro, Fernando, Walter y Agustín. Y es abuelo de dos nietos: Faustiniano y Paulina.
Abogado y dirigente de extensa trayectoria en el justicialismo donde ha sido concejal en la Municipalidad de Larroque, asesor en el Senado provincial, funcionario del Poder Ejecutivo Nacional, en la actualidad es asesor del diputado nacional Atilio Benedetti (Cambiemos) en la Comisión de Agricultura que preside su convecino larroquense.
Proviene de una familia donde se han abrazado causas políticas importantes a nivel nacional, especialmente cuando el modelo de la integración y el desarrollo que lideraba Arturo Frondizi y Rogelio Julio Frigerio intentaba ser una política de Estado a nivel nacional.
Por otro lado, José Benedicto Virué -hermano mayor de su padre- fue el primer rector oficial de la escuela secundaria de Larroque y uno de los precursores de esa institución educativa. Primero como un instituto adscripto a Gualeguaychú y más tarde reconocido oficialmente como colegio.
En rigor, ese colegio se oficializa en 1958 bajo la presidencia de Arturo Frondizi, con gestiones encomendadas de manera directa con el entonces ministro de Educación y Justicia de la Nación, Luis Rafael Mac Kay, quien era oriundo de Gualeguay y conocía de manera directa la necesidad educativa de los larroquenses y vinculaba esa instancia como una poderosa herramienta para evitar el éxodo de los jóvenes.
Luego de una experiencia estudiantil en Buenos Aires por razones familiares, Rubén Virué se instala en Larroque ya adolescente y termina la secundaria en 1978 en el colegio fundado por su tío.
(Más información en la nota de la edición gráfica número 1124 de la revista ANALISIS del jueves 16 de septiembre de 2021)