Por Sofìa Arnaudín
La librería Vaporeso se encuentra en pleno trabajo expansivo: habitar la casa de al lado. Con once años de trayectoria y más de 10 mil libros inventariados, llega al patrimonio de este proyecto cultural una casona de principios del Siglo XX que, luego de un proceso de restauración intensivo, dará forma a una nueva comarca de lecturas, música, talleres;un universo plagado de conversaciones.
El sol de las cinco de la tarde cae sobre la pared de ladrillo visto que sobresale de las demás fachadas de la cuadra. En ella, una placa que dice: “Vaporeso Almacén Estrambótico”. El nombre no sugiere más que un sinfín de interpretaciones y universos posibles; como literatura; como que Vaporeso.
Ingresar es ponerse en pausa; como una situación de tiempo enajenado. Cada superficie está cundida de libros; libros apilados, acostados, de pie. Vaporeso estalla en páginas de toda índole, dedicados o intactos; literatura, prosa, poesía, novelas, ensayos, académicos, revistas; una máquina de escribir que absorbe la luz ingresando por el ventanal y un pasadizo escondido tras una pared móvil –también hecha de libros- que se abre e inserta en la escena a Joaquín Díaz, el artífice necesario de este encuentro.
Joaquín Díaz es un joven librero que hace once años deseó poder hacer algo para toda la vida y así lo emprendió. Primero extendiendo una manta en plazas, luego una mesita plegable, luego el espacio físico. Le puso Vaporeso inspirado en una temporada del programa humorístico Chachachá que se llamaba El estigma del Doctor Vaporeso; un poco porque cree que los ´90 (década en la que transcurre el programa televisivo) fueron años muy dañinos para todo tipo de expresión social y cultural;entonces se siente, al menos en su ironía, como reparación simbólica. Otro poco porque no quisiera que el nombre referenciara directamente a la literatura, alimentando el misterio en cada persona que pasara por la vereda y viera el incógnito cartel.
Ubicada frente a la feria de Salta y Nogoyá, sobre calle Nogoyá al 310, la feria de libros nuevos y usados condensa once años de historia en un nuevo proyecto que es la síntesis de un deseo.“Agenden esta nueva dirección, más pronto que tarde vamos a estar compartiendo libros, café, música y una inmensa alegría, en esa preciosa casa de principios del Siglo XX”, dice un posteo en la cuenta de Instagram de Vaporeso, acompañado de la dirección: Nogoyá 324.
(La nota completa en la edición 1133 de la revista ANALISIS del jueves 18 de agosto de 2022)