Por A. M.

El común denominador de la mayoría de los futbolistas que llegan a la élite es más o menos el mismo. Inferiores en un club, generalmente de barrio o bien de la ciudad en la que nació. Algún entrenador o detector de talentos que lo vio pasados los 10 años y se lo llevó a uno de las instituciones importantes del país. Inferiores en esa institución, Reserva y después de unos partidos mechar minutos en el primer equipo hasta lograr afianzarse en el puesto.

Detalles más, detalles menos, la historia es más o menos similar para el 99,9 por ciento de los futbolistas que lograr llegar a Primera División en el fútbol argentino.

Pero, como sucede en cualquier aspecto de la vida, siempre hay excepciones, esas que se encargan de confirmar la regla; pero, por sobre todas las cosas, echar por tierra aquellos mandamientos que parecen implícitos en todas las historias.

Una de esas es la de un entrerriano, más precisamente nacido en la costera localidad de Villa Urquiza y que tuvo una carrera completamente diferente a la de la inmensa mayoría de los jugadores en el país.

Leonardo Morales es actualmente jugador, y pieza clave, en el Gimnasia y Esgrima La Plata que dirige Néstor Pipo Gorosito. El defensor entrerriano siempre es uno de los destacados por el periodismo cada vez que el Lobo salta a la cancha y es uno de los más regulares del plantel.

Leo nunca hizo inferiores en un club, de hecho, arrancó a jugar de grande al fútbol de manera federada y tuvo una trayectoria increíble.

(La nota completa en la edición 1133 de la revista ANALISIS del jueves 18 de agosto de 2022)