El paranaense emigró desde muy joven a Buenos Aires donde comenzó a codearse con el vóley profesional. A los 16 años dejó Echagüe para jugar Liga Metropolitana para Lomas, luego tuvo pasos por Paracao y Amuvoca, mientras que en la actualidad defiende los colores de Monteros. Desde suelo tucumano el punta receptor charló con ANÁLISIS y habló de varios temas: de sus comienzos, en donde llegó al vóley por una lesión que lo alejó del básquet, y de su presente donde busca seguir evolucionando en la elite de la actividad en Argentina. “Apunto a adquirir más experiencia y absorber todo lo que me pueda aportar el entrenador Leonardo Patti”, contó.

Por Álvaro Moreyra

La Liga Argentina de Vóleibol mantiene su vigencia a lo largo de las temporadas. Si bien de un tiempo a esta parte ha ido mutando de nombre, de formato y de equipos, lo concreto es que sigue manteniendo el espíritu competitivo que nutre a los seleccionados nacionales, en todas sus divisionales, y además entrega a los principales torneos del mundo las estrellas Albicelestes que brillan acá y también allá.

Hace algunas semanas nada más la especialidad se vio sorprendida en Entre Ríos. Es que el Club Atlético Paracao decidió bajarse de la competición que comenzó días atrás y después de varios años no formará parte del calendario más importante del vóley argentino.

De igual manera la competición contará con algunos jugadores nacidos en suelo entrerriano y que buscan llegar a lo más alto en el torneo más importante del vóleibol argentino.

Uno de ellos es el paranaense Alexander Jauretche. Su historia es bastante particular porque comenzó a jugar al vóley siendo un adolescente y rápidamente llegó al profesionalismo, lo hizo prácticamente sin escalas. Es que su carrera fue astronómica y en el año que se escurre entre las manos atraviesa su segunda temporada en la elite de la disciplina.

El entrerriano actualmente forma parte del plantel de Monteros Vóley, entidad tucumana que viene de ser animadora en la pasada temporada de la competición y que en la presente edición busca mejorar su performance y, además, pegar el salto al plano internacional porque sueña con la Liga Sudamericana.  

La historia de Alex es extraña, pues jugó al básquet desde los tres a los 14 años y por una lesión llegó al vóleibol.

“Comencé a jugar al vóley a fines del año 2016, es decir que no hace mucho que practico la actividad. La verdad es que al principio sentí que era algo pasajero porque lo tomé como para hacer un deporte, para mantenerme activo”, contó en el comienzo de la charla con ANÁLISIS desde suelo tucumano.

Enseguida aclaró: “Jugué al básquet de los tres a los 14 años, pero después de una operación importante tuve que dejar el básquet ya que me prohibieron los deportes de contacto por un año. Durante la rehabilitación estuve haciendo varias cosas, entre ellas natación, pero como mi mamá y mi hermano menor juegan al vóley, quise aprender un poco de esa disciplina y de esa manera arrancó la historia”.

- ¿Nunca te picó el “bichito” de volver a jugar al básquet?

-La verdad que sí, siempre quise como volver al básquet sobre todo al principio. De todas maneras, a medida que pasaron los entrenamientos me empecé a enganchar con el vóleibol y veía que tenía cierta facilidad para desenvolverme en la cancha. Además, la pasaba bien, empecé a divertirme porque formaba parte de un grupo que era bárbaro y a medida que pasó el tiempo empezó a convencerme el deporte por así decirlo. Ya en 2017 empecé a dedicarme a full y eso año fue que tuve citaciones a diferentes seleccionados provinciales y ahí fue que me llamó mucho más la atención la actividad y me motivó para ir por más, obviamente. Fue desde ese momento que empecé a meterle porque se empezaron a dar las cosas y me dije a mí mismo es por acá y vamos a seguir metiéndole a ver hasta dónde llegamos y ahí vamos.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1146, del día 23 de noviembre de 2023)