
Por Gabriela Gómez del Río
Hay pasiones que no se eligen, que simplemente nacen con una, que arden suave al principio y después se vuelven imposibles de apagar. Así fue —y sigue siendo— la danza para la paranaense Miranda Codesal, de 28 años. Una vocación que la acompaña desde niña, cuando aún no sabía del todo qué significaba ser artista, pero sentía una urgencia inexplicable por moverse, por expresarse, por estar sobre un escenario en las comedias de teatro infantil.
A los 12 años tuvo sus primeras clases de jazz con María Eugenia Ibarzábal, en el Estudio Carla Tista en la capital provincial. Allí, también incursionó en el ballet con Carla, su primera guía en un camino que nunca más abandonaría.
“Desde la primera vez que bailé en un teatro, supe que quería dedicarme a esto”, dice Miranda a ANÁLISIS, con esa certeza de quienes escuchan profundamente su deseo interior. Lo que siguió fue un recorrido de entrega absoluta: estudiar con dedicación, buscar oportunidades, confiar en cada paso, incluso en los más inciertos.
El salto de fe
A los 21 años, Miranda hizo la valija y se mudó a Buenos Aires para estudiar en la Escuela Profesional de Bailarines, dirigida por David Señoran, en la carrera de Intérprete y Creadora en Danza Contemporánea. “Fue todo muy repentino, pero desde el principio sentí que no había otro camino posible”, recuerda Miranda.
Llegó casi de un día para el otro, sin saber bien qué iba a pasar, pero con la certeza de que no había otro lugar posible dónde estar.
“Siempre fui muy estudiosa, pero no por obligación, sino porque amaba profundamente lo que estaba haciendo. Cada clase, cada ensayo, cada escenario era un despertar nuevo en mi cuerpo. Una confirmación”, resaltó.
La danza, para ella, nunca fue sólo un oficio. Fue su forma de estar en el mundo. Su manera de decir, de conectar, de existir. Con una media beca que le facilitó el comienzo en la Ciudad de Buenos Aires y la apertura generosa de sus docentes, Miranda empezó a crecer como intérprete, pero también como creadora.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1160, del día 29 de mayo de 2025)