
Desde hace más de tres décadas, el equipo de Educación por el Arte de Teatro del Bardo de la ciudad de Paraná promueve el encuentro entre estudiantes y la cultura, compartiendo experiencias escénicas. En el marco del programa “La Escuela va al Teatro”, este grupo de artistas investiga, produce y comparte obras teatrales, que fomentan la creatividad, la reflexión y el encuentro.
Por Gabriela Gómez del Río
En Paraná, un grupo de artistas construye desde hace más de 30 años un puente entre la escena teatral y las instituciones educativas. Se trata del Equipo de Educación por el Arte, impulsado por quienes hoy integran Teatro del Bardo, colectivo autogestivo con una larga trayectoria en la región.
El programa “La Escuela va al Teatro”, que en 2025 va por su novena edición, es una apuesta a integrar arte y educación desde una concepción que incluye el cuerpo, la emoción, la reflexión crítica y la experiencia colectiva. La propuesta invita a niños y adolescentes a descubrir el teatro como experiencia sensible, comunitaria y formativa.
ANÁLISIS dialogó con Valeria Folini, actriz, directora, integrante de Educación por el Arte de Teatro del Bardo, para conocer los orígenes, el presente y los desafíos de un proyecto que ha conmovido a miles de estudiantes y docentes.
Los inicios
“El Equipo de Educación por el Arte nace en 1993, como una estrategia de autogestión y profesionalización dentro del grupo Viajeros, donde trabajaba antes de fundar Teatro del Bardo”, recordó Folini. Por entonces, la apuesta ya era clara: el arte no como accesorio de la educación, sino como parte de su arquitectura profunda.
Cuando Viajeros se disuelve, muchos de sus aprendizajes se integran al naciente Teatro del Bardo. Así, el nuevo grupo no solo toma un nombre y una estética, sino también una forma de pensar el teatro en diálogo con el contexto. “Heredamos no solo una metodología, sino también una concepción ética del trabajo. Una manera de entender que hacer teatro también es intervenir en la realidad que nos rodea”.
Desde entonces, han recorrido escuelas urbanas y rurales, barrios populares y salas teatrales, festivales y espacios comunitarios. Han intervenido aulas con obras breves, organizado talleres para docentes, participado en ciclos y eventos con otros grupos. Entre sus experiencias más destacadas están los proyectos Otoño Rojo, Arte de Contrabando, Festival del Lago y Mujeres Barderas. Todas comparten una misma matriz: generar experiencias estéticas con una fuerte dimensión educativa.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1161, del día 26 de junio de 2025)