Por Juan Cruz Butvilofsky

De ANÁLISIS

El 25 de septiembre del 2018, en horas cercanas al mediodía, Gabriel Gusmán cayó asesinado en un valdío del barrio Capibá. La muerte, según la autopsia, fue gracias a un disparo de arma de fuego que ingresó por la nuca y salió por arriba de una de sus cejas. Es decir, uno de los dos policías que lo perseguían en ese momento le causó la muerte por la espalda. 

Las dos hipótesis que forman parte de la investigación tienen que ver con determinar si los policías Rodrígo Molina y Diego Íbalo actuaron bajo la legítima defensa o si se trató de un crimen sin atenuantes. Ambos funcionarios policiales estaban a bordo del móvil 1021 de la Policía de Entre Ríos que perseguían a Gusmán por la cancha de fútbol ubicada en la plaza Néstor Kirchner, ubicada en el corazón del barrio ubicado al este de la capital provincial. 

Los fiscales que llevan adelante la Investigación Penal Preparatoria (IPP) Gonzalo Badano y Francisco Ramírez Montrull fueron consultados por ANÁLISIS para saber cual es la situación de la causa a dos años del hecho. Se informó que continúan a la espera de que Gendarmería Nacional entregue los resultados de una pericia. Los mismos están demorados hace más de un año. Según argumentaron desde la fuerza nacional, esto se debió a cambios que hubo en los equipos periciales. 

Desde el Ministerio Público Fiscal (MPF) aseguraron que han reiterado el pedido formal a la fuerza federal con el objetivo de que entreguen los resultados pero no han obtenido respuesta favorable hasta el momento. La urgencia tiene que ver con que el Poder Judicial no ha dado respuestas a la familia de Gabriel Gusmán que aún aguarda que haya justicia por el crimen del joven que vivía en el barrio Capibá. 

En esa línea, la querella representada por Lucía Tejera y José Iparraguirre han reclamado de diversas maneras que los funcionarios policiales imputados sean convocados a la declaración indagatoria correspondiente. Sin embargo, la respuesta del MPF siempre fue la misma: esperan los resultados de la pericia para determinar si corresponde llamar a indagatoria a los dos policías o no. 

Para la familia de Gusmán se trató de un caso de gatillo fácil y aseguran que el juicio oral es el lugar donde se va a determinar la verdad de lo ocurrido. Es por esto que reclamaron celeridad en la IPP para llegar lo más rápido posible a dicha instancia que será resuelta por un juicio por jurados, según confirmó ANÁLISIS. 

De hecho, los abogados de la familia de Gusmán se presentaron ante el Comité Nacional Contra la Tortura para que intervengan en el caso y el organismo nacional le envió un oficio al Procurador General Jorge Amilcar García para que informe sobre el estado de situación de la causa. Fue el mismo García el que respondió el oficio indicando que se está a la espera de la prueba que debe entregar Gendarmería. 

Las circunstancias del hecho

Días anteriores a aquel martes 25 de septiembre venía desarrollándose un enfrentamiento entre dos sectores del barrio. Por un lado, un sector que vivía en la zona alta del Capibá (cerca de Avenida Zanni) por el otro un sector que vivía en la zona baja del barrio entre los cuales se encontraba Gusmán. Se trataba de un enfrentamiento que se alimentó por varias semanas pero que ese fin de semana previo había incrementado el tenor del conflicto.

La Policía había intervenido ese sábado pero sin montar un operativo permanente en el corazón del barrio, en la plaza Néstor Kirchner, donde unos días después ocurrió el crimen de Gusmán. 

Aquel 25 de septiembre las dos bandas se volvieron a enfrentar con disparos. En ese momento, el móvil 1021 de la Policía de Entre Ríos llega a la escena por una de las calles laterales y encuentra a Gusmán avanzando por la cancha de fútbol mientras respondía las agresiones del sector alojado en la zona alta del barrio. No pocos vecinos aseguraron en su momento que los que vivían más cerca de la avenida Zanni contaban con el respaldo del comisario de la zona. 

Cuando la camioneta policial interviene, Gusmán gira y comienza a correr hacia el este mientras el movil sube a la cancha de fútbol y lo comienza a perseguir. El joven pasa por el arco de fútbol, salta un montículo que separaba la cancha de la calle e ingresa en un terreno valdío. En simultáneo, Molina e Íbalo deben detener la camioneta, bajan del movil y se separan ubicándose uno de ellos detrás de un poste ubicado a la izquierda del valdío y el otro hacia la derecha. 

Según el relato de testigos que constan en el expediente -en testimonios a los que accedió en su momento el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) - el policía que se ocultó detrás del poste, había adoptado una posición de tiro aunque reconocieron que ambos efectuaron disparos. La investigación no logró determinar de manera fehaciente, al menos hasta el momento, cual de los dos policías ejecutó el disparo que terminó con la vida de Gusmán que había levantado las manos en un claro gesto de rendición. 

Tal como se informó al principio de esta nota, la autopsia arrojó un resultado contundente: el balazo ingresó por la nuca y salió por una de sus cejas, por lo cual la muerte fue por la espalda. Cuando cayó al piso, Gusmán tenía un arma que fue manipulada por uno de los policías en los momentos posteriores al hecho. Esto quedó comprobado porque hubo videos registrados por los vecinos en donde el arma no aparecía y luego fue nuevamente colocada. 

Los policías aseguraron en su momento que actuaron bajo legítima defensa, aunque en el espediente no consta que su integridad esté corriendo riesgos ya que la camioneta policial no recibió ningún impacto, como así tampoco se registraron heridas en los policías. 

Cabe recordar que tanto Íbalo como Molina estuvieron algunas horas detenidos por la causa y que cuando fueron liberados la Policía de Entre Ríos celebró el hecho con una importante caravana por la ciudad, hecho que fue repudiado por las autoridades políticas encabezadas por la ministra Rosario Romero. No había nada que festejar, había una familia que lloraba la muerte de un joven.

La Justicia está a la espera de la pericia de Gendarmería y la familia está a la espera de la Justicia.