“Entre 2002 y 2012, los concesionarios ignoraron recomendaciones de la AGN y de la CNRT, mientras que el Poder Ejecutivo fomentó indirectamente los incumplimientos mediante un régimen de sanciones escasamente aplicado”, sostuvo.
Sobre la tragedia de Once, “la tercera tragedia más grave de la historia argentina”, el auditor recordó las falencias en las unidades inspeccionadas, en materia de certificación de habilitación técnica, seguridad y mantenimiento, consignó Parlamentario.
“Las auditorías de la AGN de los últimos diez años grafican el deterioro y la falta de mantenimiento en el sector ferroviario, así como también la ausencia de mecanismos de prevención, adecuada capacitación y planificación para mitigar los efectos de los incidentes que se produjeron”, denunció Despouy.