-Votos disidentes. La parte tensa de la reunión había pasado, cada cual había guardado en su mochila lo que le correspondía. En el ambiente distendido la conversación giraba por diversos lugares. Así fue como al pasar, pero sin dejar dudas, el ministro Diego Valiero confesó su inclinación por el candidato presidencial, Roberto Lavagna. Abundando en detalles, Valiero destacó la capacidad técnica del ex ministro de Economía para encauzar la espiral inflacionaria. Entrando en alguna medida en tema, el ministro de Hacienda del gobierno de Jorge Busti consideró que este aluvión de aumentos a jubilados y la elevación del mínimo imponible del impuesto a la ganancia, entre otros puntos, constituían una inyección desmesurada de dinero al mercado que iba a presionar sobre el costo de vida y la inflación. El presidente del Consejo de Educación, Jorge Kerz, ante la espontaneidad del ministro de Hacienda se sintió motivado también a reafirmar lo suyo. “El gobierno de los Kirchner no es de mi agrado. Cometen muchos errores”, acotó. Quienes frecuentan cierta intimidad con el licenciado Kerz infieren por sus comentarios que el cuadro ideológico del titular del CGE tiene mucho apego a las fórmulas socialcristianas que se cultivaban en Suecia en circunstancias de su exilio, a principios de los ‘80.
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-Pintadas. “Vos no andás por la calle, o bien no mirás las paredes”, destacó un experimentado conocedor de los pasillos justicialistas. Es claro, si se mira con atención las pintadas realizadas por el justicialismo comienzan con el candidato a senador nacional Pedro Guastavino y terminan en el segundo o tercer candidato a diputado nacional; mientras, Cristina Fernández de Kirchner y el radical Julio Cobos, la fórmula presidenciable que levanta el justicialismo entrerriano, no figura en ningún lado. Es cierto que la campaña electoral recién comienza y hay dos meses por delante para hacer y deshacer, pero no dejan de ser llamativas estas posiciones que en alguna medida reflejan una puesta de distancia entre el gobierno de Busti y su adhesión a la propuesta electoral de octubre que es encabezada por la fórmula Fernández-Cobos. Por supuesto que nada más lejos del pensamiento del gobernador es intentar un levantamiento contra las decisiones del Presidente Kirchner. Busti es suficientemente perceptivo para dar cuenta de que no existe alternativa, ni adentro ni afuera del justicialismo, como para tensar con chances de éxito el liderazgo marcado por el Presidente. Este juego de pretendida disidencia cobra más sentido hacia adentro del justicialismo que hacia la sociedad.
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-Firmeza. La caravana educativa que recorrió la provincia de la mano del principal gremio docente volvió a darle fuerza al conflicto y aceitó la comunicación con los padres y vecinos. Así como la Carpa Blanca dio salida en su momento a un abanico de conflictos provinciales, este recorrido de los docentes agrupados en AGMER -el segundo que se hace en lo va del gobierno de Busti- volvió a demostrar que una medida imaginativa que confronte con el gobierno sin afectar la rutina escolar recrea el apoyo espontáneo de la sociedad. Dentro de la conducción provincial que encabeza Sergio Elizar, la secretaria adjunta Marta Madoz es quizás la que mejor tomó el pulso a esa situación. Por eso, con mucha serenidad pero con gran firmeza en el acto realizado en Nogoyá denunció con nombre y apellido a José Allende como el responsable de las amenazas sufridas en la persona del militante Oscar Reato y en la de su familia. Haciendo suya la frase que popularizó un programa televisivo, Madoz espetó: “José Allende, no te tenemos miedo”.
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-Las cuentas de Busti. Como se dice, la caravana oxigenó el ambiente de conflicto entre el gobierno provincial y los docentes. En ese recorrido el gremio supo contrastar el pobre progreso que ha tenido la reparación edilicia frente a los dos años transcurridos cuando la primera caravana denunció la situación. De esta manera, la sociedad toma contacto con situaciones estructurales que están muy lejos de ser resueltas e intuye que las tareas que se realizaron en este último tiempo vienen a ser algo así como aspirinas para un cáncer. Que sea el gremio quien ponga en conocimiento de la población estas deficiencias define una actitud que la sociedad valora. Así las cosas, el gobierno de Busti con el correr de la semana empezó a dar cuenta de la nueva situación. Por un lado, recibió la venia del gobierno en dos aspectos que le daban oxígeno negociador. El gobierno nacional remesaba tres meses del famoso fondo compensador y además le anunciaba un incremento de los fondos de coparticipación.
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-Flexibilidad y dureza. Esta apertura negociadora era lo que demandaba el congreso docente reunido días atrás en San José de Feliciano. Coherente con esa línea, era previsible que el congreso que se realizaba el sábado pasado en la Escuela Almafuerte en parajes de La Picada valorara en forma positiva la nueva situación estableciendo un compás de espera. El paso de espera en nada significaba bajar los brazos, por el contrario, tenía el significado de parar el gremio frente al gobierno en el punto alto de respaldo social que se había expresado en la caravana. Desde ahí, si la propuesta oficial no satisfacía las expectativas quedaba habilitada la vuelta a la lucha con mayor fuerza. Esta línea de acción fue rechazada por el congreso del sábado. A instancias de la delegación de Concepción del Uruguay el congreso se pronunció por aceptar la mesa de diálogo pero reflejando una posición de dureza con un paro para el lunes 3 de septiembre. Era evidente que la posición adoptada en el encuentro de la Escuela Almafuerte contrastaba con la línea de acción que se había desenvuelto cuando la caravana. La posición de paro para del lunes 3 de septiembre en cuanto decisión destinada a provocar daño en la imagen que la sociedad tiene del gobierno no parece que agregue nada.
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