Hugo Remedi

Se equivocó quizás demasiado el gobernador de la provincia, Sergio Urribarri, cuando dijo el domingo -inmediatamente después de conocida la aplastante derrota del oficialismo y acaso llevado por la fantasiosa euforia K- que el espacio con el que Sergio Massa se presentó como candidato a diputado nacional por el Frente Renovador en Buenos Aires es un “rejuntadero”.

En todo caso tendrá que tener en cuenta que ese “rejuntadero” se armó apenas unos 50 días antes de las PASO del 11 de agosto y que hoy tiene una luz de vida de tan solo algo más de cuatro meses. Siguiendo su lógica, si entre gallos y medianoche un “rejuntadero” hizo estallar al kirchnerismo en mil pedazos habrá que ir analizando una reflexión y su consecuente autocrítica a tono.

El “rejuntadero” juntó un poco menos de 4 millones de votos, sin salir de la tranquera bonaerense. Suponer que ese aluvión bonaerense no tendrá su correlato nacional en términos de proyección, cuando menos parece una idea peregrina alejada de la realidad de estos días, que suena peligrosa como para subestimarla.

Por lo pronto, supone cierta desprolijidad por parte del mandatario provincial haber tirado una expresión poco feliz, que naturalmente no tiene el mismo estruendo lanzada en la parroquia del barrio que en el gran escenario nacional. Y tuvo la respuesta a tono: tal “rejuntadero” representa hoy a 4 millones de personas y eso merece respeto; en realidad Massa contestó de manual y no fue más allá de la obviedad: suficiente.

(Más información en la edición gráfica 995 de ANALISIS del 31 de Octubre de 2013)