Pablo Rochi

“Si fuese una actividad de mayor difusión, este chico ya hubiera sido tapa en diferentes diarios del país. Es un gran talento, pero se conoce poco porque no practica las actividad que más se consumen en Argentina”. El testimonio de Luis Vernay, presidente de la Asociación Paranaense de Bochas, marca una realidad respecto a todos aquellos deportistas que sobresalen por su inmensa capacidad y condiciones, pero que no tienen la vidriera de la que sí gozan otros jugadores.

El protagonista en cuestión es Leonel Orbegozo, un muy joven jugador de bochas que, según los que conocen de esta disciplina, está llamado a ser el presente y el futuro de esta disciplina en Argentina, la cual sin tener tantos flashes ni luces como otras, sí tiene historias que merecen ser contadas.

Leonel Orbegozo tiene 20 años y junto al equipo argentino viene de lograr varias e importantes distinciones en el Campeonato Panamericano de la categoría Sub-23, destacado certamen que se disputó en el Estado de Río Grande do Sul, en Brasil.
Y así como la rompió en el Panamericano, este jugador ya hace tiempo está en consideración de clubes tradicionales de bochas que pretenden contratarlo para jugar los torneos de mayor jerarquía del país, aquellos que cuentan con grandes premios económicos.

De primer nivel

El 2° Campeonato Panamericano de Bochas Categoría Sub-23 especialidad "RaffaVolo" se realizó bajo las modalidades de Juego individual, parejas y tercetos, además de Tiro de precisión.

Orbegozo obtuvo cuatro medallas tras finalizar como subcampeón en las modalidades individual, pareja y trío, además de concluir en la cuarta calificación en tiro precisión.
En la sumatoria de puntos, Argentina terminó como Subcampeón de esta competencia, logrando la medalla de Plata detrás de Brasil, que se quedó con la de Oro.

“Para mí es una gran alegría haber alcanzado estos resultados. Siempre soñé representar a mi país en algún torneo internacional y se me dio en esta oportunidad. Encima lograr varias medallas es algo que jamás me voy a olvidar”, dijo Orbegozo al respecto.

En sí, su vínculo con las bochas arrancó desde muy chico, cuando tenía tan solo seis años. Por aquel entonces iba a verlo jugar a su papá. Y aquello que parecía un simple recreo, pasó a ser una pasión.