La chajariense jugadora de vóley e integrante de la selección Argentina relató cómo fue su vuelta al país. Se encontraba en Corea del Sur, jugando para Pink Spiders y debió realizar un largo recorrido para retornar a la Argentina.

Lucía Fresco es integrante del seleccionado argentino de vóley desde hace varias temporadas y se encontraba jugando en la Liga de Corea del Sur para el equipo Pink Spiders. La jugadora chajariense se vio obligada a retornar al país en medio del avance del coronavirus y vivió un viaje muy largo.

Tres días atrás, la entrerriana partió desde Seúl, hizo una escala en Etiopía y llegó a San Pablo, Brasil. Allí quedó varada, porque no conseguía vuelos para retornar al país, sin embargo tomó un colectivo con un contingente de argentinos y viajó durante 15 horas hasta llegar a Foz de Iguazú para ingresar por la frontera.

En relato al sitio web de Télam, dijo: “Llegué con un grupo de argentinos muy solidarios, por suerte la mayoría no venía de las zonas de más riesgo como Estados Unidos, España ni Italia, a Foz de Iguazú a ver si lográbamos pasar. No nos querían dejar entrar. Un hombre se desmayó, otra mujer hiperventilaba... Fue muy estresante. Finalmente nos autorizaron y nos trajo un avión militar, el Hércules, a Buenos Aires".

Una vez en el país, Fresco se ubicó en un departamento vacío en el que realiza la cuarentena correspondiente. “Llegué justo antes de que cerraran el espacio aéreo de Brasil. No puedo creer todo lo que viví, parecía una situación de guerra. Mi familia no duerme hace tres días. Recién cuando entré al departamento pude llorar”, contó la jugadora de Las Panteras.

Para Fresco, Corea fue el país que mejor manejó la pandemia del coronavirus: “Allá se implementó un sistema de testeos masivo, que identificaba hasta a los asintomáticos, que entonces podían ser aislados para evitar los contagios. No se dio la necesidad de declarar la cuarentena obligatoria. Se quedaron en 9 mil contagiados”, relató.

Aún sobre la situación de Corea, comentó que se trata de un país muy tecnológico que tiene un sistema de salud absolutamente funcional. “Yo estuve en Japón cuatro veces, pero te puedo asegurar que, en la tecnología, Corea le pasa el trapo. Tiene la menor tasa de mortalidad en todo el mundo”, contó admirada.

La opuesta de 28 años logró retornar al país, al igual que otras de sus compañeras del seleccionado como la santafesina Elina Rodríguez, la bonaerense Sol Píccolo y la paranaense Victoria Michel Tosi. Al contrario ocurrió con Julieta Lazcano, Antonela Fortuna y Tatiana Vera, que quedaron varadas en Polonia, Francia y España, respectivamente.