(de ANALISIS)

El juez Mauricio Mayer dispuso la detención de dos jóvenes en el marco de la investigación por el homicidio de Marcelo Cabeza, el chofer del Ministerio de Salud de Entre Ríos hallado muerto el martes en Paraná. Ninguno de los dos tiene antecedentes policiales. Según supo ANALISIS, ambas personas habrían sido vistas con víctima la noche anterior del hecho, como así también el domingo, en idéntico horario, en que se lo vio con vida por última vez a la víctima. A partir de un dato aportado por un testigo, luego de los procedimientos realizados este jueves los dos quedaron a disposición de la Justicia. En los allanamientos se encontraron varios elementos que comprometería seriamente a los detenidos (de 22 y 20 años) con el crimen, según supo ANALISIS.

Los sospechosos fueron derivados a la Alcaidía de Tribunales donde quedarán a disposición de la fiscal Malisa Saint Paul, quien en las próximas horas los imputaría por el homicidio.

Tal como informara ANALISIS, este jueves la Policía realizó dos allanamientos simultáneos, uno en calle Cortada 994, de la zona sur del barrio Anacleto Medina de Paraná, y otro en Santa Fe y Echagüe, en la ciudad de San Benito.

En el primero de los allanamientos, en calle Gianelli al 2000, se detuvo al joven de 20 años. Se le encontraron prendas, calzado y ropa de cama, con aparentes manchas de sangre y algunos elementos que podrían pertenecer a la víctima y tendrán que ser reconocidas por familiares. También se secuestró un cartucho completo calibre 22 (cabe recordar que a Cabeza se lo asesinó con un arma de ese tipo) y armas blancas con aparentes manchas de sangre. Crimnalística tendrá que determinar si esas armas no se utilizaron para seccionarle las dos manos al chofer de Salud, una vez asesinado.

En el segundo de los allanamientos, en la esquina de calles Santa Fé y Echague de la localidad de San Benito, se detuvo al otro joven. También se le secuestraron prendas con aparentes manchas de sangre y ropa que podría pertenecer a la víctima.

Uno de los detalles salientes fueron los rayones que dejaron cuando sacaron el auto del garage de la casa de uno de los detenidos, una vez asesinado Cabeza. Incluso, habría un testigo que observó cuando ingresaron el auto del chofer de Salud. Además, se estima que la sangre hallada en algunas sábanas sería de la víctima, por lo cual se agravaría la situación de los dos jóvenes.

Se entendería que las personas involucradas tenían algún tipo de relación personal con el chofer del Ministerio de Salud y que evidentemente era desde hacía algún tiempo, quizás proveniente de la militancia barrial del malogrado chofer. Y que optaron por asesinarlo a Cabeza como secuela de esa vinculación, según se entiende. No obstante, sigue resultando muy extraño y saliente el nivel de perversidad y sangre fría para cometer el crimen, de la forma en que se concretó, máxime teniéndose en cuenta que ninguno de los ejecutores tiene antecedente policial.