A un mes de la detención de Leonardo Airaldi en Rosario por tenencia de armas, crecen las sospechas sobre sus vinculaciones con el narcotráfico. Ahora, por un puestero de una de sus islas ubicada frente a Las Cuevas, que tenía casi 30 kilos de cocaína en su casa de Puerto Gaboto. Las empresas que aparecen a su nombre o de allegados y las sociedades con prestanombres y un experto de los mercados financieros, apuntan siempre a desarrollar actividades en la misma región inmensa de islas entre Diamante, Victoria y Rosario, donde mantiene el señorío y es una zona liberada para cualquier actividad ilegal.
J.A.M.
No son buenos tiempos para Leonardo Roberto Airaldi. Además de estar detenido por portación de armas de fuego en Rosario, otros hechos van cercando al productor agropecuario de Diamante en sus vínculos cada vez más evidentes con el narcotráfico. Pudo zafar de los episodios en los que años atrás quedó pegado a la banda narco de Daniel Celis, pero ahora, con las causas tramitadas en otra provincia, se le está haciendo más difícil. Una denuncia por amenazas derivó en un allanamiento en la pequeña localidad santafesina, Puerto Gaboto. Nadie imaginaba que iba a ser otra bala que picaba cerca de Airaldi. En la vivienda, la Policía local encontró unos 30 kilos de cocaína. El principal sospechoso es un puestero de una isla que el diamantino explota hace muchos años, frente a Las Cuevas, donde conserva cientos de hectáreas y donde nadie se anima a meterse con el dueño del pueblo. El hombre, que aguantaba la droga en su vivienda, está prófugo.
Luego de un altercado vecinal, una mujer se cansó y denunció a Diego Torres, el hombre que vive al lado de su casa, porque la había amenazado con un arma. Lo que parecía ser un simple conflicto en la disputa por un terreno, según se informó desde la Policía local, terminó en un descubrimiento de un cargamento de cocaína histórico para la zona de Puerto Gaboto, una localidad histórica, de casi cinco siglos desde su fundación, con unos 3.000 habitantes. El miércoles 10 de agosto, policías de la Unidad Regional XV del departamento San Jerónimo de la provincia de Santa Fe, irrumpieron en la vivienda de calle Solís al 600, a dos cuadras y media del río Coronda. Revisaron la casa del denunciado y encontraron, debajo de una cama, 28 ladrillos de cocaína. Cada uno tenía el sello que distingue su origen, que eran dos: algunos llevaban la impresión de una corona, que ya se ha observado en distintos secuestros de droga en Rosario, proveniente de Perú y que tenía a un hombre de esa nacionalidad como distribuidor en la región; otros tenían una marca que ha desconcertado a los investigadores porque es la primera vez que se encuentra: la inscripción “Qatar”. El pesaje arrojó 29,5 kilos. También había una réplica de una pistola. El fiscal Aquiles Balbis ordenó el secuestro de la droga y envió todas las actuaciones al juez federal subrogante N°2 de Santa Fe, Carlos Villafuerte Ruzo. Torres no estaba y, hasta el cierre de esta edición de ANÁLISIS, permanecía prófugo.
(La nota completa en la edición 1133 de la revista ANALISIS del jueves 18 de agosto de 2022)
