
Tuky Carboni ganó el premio Fray Mocho en 1989 con su novela “El tan deseado rostro”. Ese fue el primer paso de una vida llena de libros que pagó con su sueldo de maestra de escuela en Gualeguay. En los últimos años distintas editoriales de la provincia editan y reeditan su obra. Poemas, cuentos y novelas aparecen en las estanterías de todo el país con su nombre en la portada.
Por Ferny Kosiak
Cuando uno oye o lee el nombre Alcira González de Carboni, a lo sumo le queda sonando el apellido, pero no mucho más. Ahora, cuando nos llega el sobrenombre, derivado del tucapán, con el que todos la conocemos, la cosa cambia. Tuky Carboni es una mujer presente en las letras entrerrianas desde hace décadas, escritora de bajo perfil en una ciudad avasallante en la literatura provincial como lo es Gualeguay. Pero estas palabras no vienen a mencionar a los demás sino a detenernos en Tuky.
En 1989 su nombre alcanzó nueva trascendencia luego de ganar el premio Fray Mocho con su novela “El tan deseado rostro”.En ese momento se convirtió en la décima mujer en recibir este galardón en el concurso instituido en 1968, y enla cuarta persona en ganar en el género novela, después de “Las migajas de nuestra mesa” de Elba Raquel de los Santos, “Belial” de Guillermo Lessa y “Crónica de medio siglo” de Emma Barrandéguy.
La amistad entre Barrandéguy y Carboni se remonta a muchos años antes de esta premiación, que también vino a marcar una continuidad pero en las letras, cuando Tuky se convirtió en la sucesora de Emma en el listado histórico del premio Fray Mocho.
Ambas novelas suceden (con mayores o matizadas referencias) en Gualeguay, narran la vida de pueblo, de sus habitantes, de una realidad que ya no existe pero de maneras muy diferentes. “Crónica de medio siglo” se remonta al pasado, se detiene en los cambios de una sociedad desde una perspectiva familiar, abarcando las cinco décadas que promete el título, años comprendidosentre fines del siglo XIX hasta la muerte de Irigoyen, pasando por los festejos porteños del Centenario de la Patria. “El tan deseado rostro” crea cuatro personajes únicos, tres escritoras y un escritor de pueblo, que narran sus vidas desde perspectivas diferentes, con estilos disímiles en clave de ciencia ficción. La publicación de esta novela tuvo varios inconvenientes, desde un sinfín de errores de tipeo hasta una disposición gráfica que obstaculiza la lectura, pasando por un retraso de años que llevó a que la impresión del libro pudiera concretarse recién en 1993.
Conversando con Tuky, ella recuerda: “En la presentación estaba medio Gualeguay. A mí no me habían entregado ningún libro hasta ese día. Después de la presentación, que hicieron Eise Osman y César Izaguirre, me entregaron 20 libros.Yo ya había dicho que le iba a regalar un ejemplar a cada uno de los asistentes. Yo no lo hacía para ganar plata, lo hacía para compartir. Me entregaron 20. Eso no es nada. En la vereda de enfrente de donde se hacía el acto, había una mesa larga y ahí estaban vendiendo el libro. Amigos míos se cruzaron a comprar y lo traían para que yo se los autografiara. Eso fue siniestro. Con el tiempo me mandaron el resto de los ejemplares. Ahí empecé a asestarle un libro a los conocidos para deshacerme de ese adefesio”.
Tuky cierra el recuerdo con una risita pícara, con la paciencia de quien ya ha superado los momentos desprolijos del pasado.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1161, del día 26 de junio de 2025)