
Para Diego Cabot el principal problema no es la corrupción, sino la impunidad.
El ciclo de charlas que impulsa ANÁLISIS, junto a Canal 9 Litoral, el Hotel Howard Johnson Mayorazgo y Radio Plaza, volverá a abrir este sábado 13 de septiembre un espacio de debate público en Paraná. Con la presencia de los periodistas del diario “La Nación”, Diego Cabot y Claudio Jacquelin, se pondrá sobre la mesa una de las discusiones más complejas de la coyuntura: “Elecciones, justicia y poder político”.
La visita de Cabot estuvo precedida por su participación en el programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral), donde desplegó un diagnóstico agudo sobre el escenario electoral, judicial y político de la Argentina. Con el tono de quien recurre a la historia para leer el presente, Cabot apuntó: “El peronismo en la Provincia de Buenos Aires está en su línea de flotación constante y continua, sin interesar demasiado la gestión”. Recordó que incluso en la elección que llevó a María Eugenia Vidal a la gobernación, el peronismo dividido sumó 54%, aunque perdió frente al 39% de la entonces candidata de Cambiemos.
En ese sentido, relativizó el impacto de los resultados recientes en la provincia más poblada del país: “El resultado es el esperado. Solamente había que sentarse a ver un poco de historia y ver lo que pasaba. Sin embargo, para el gobierno fue un cataclismo”. Y agregó un matiz político: “Pega muy de lleno en su forma de gobernar, que cada vez incluye a menos gente y soporta cada vez menos un no. Es un golpe importante, porque evidencia que esa manera de concebir la política ya no tiene la densidad de antes”.
Otro eje del debate fue la causa de los “cuadernos de las coimas”, investigación que Cabot reveló en 2018 y que marcó un antes y un después en el periodismo de investigación argentino. Consultado en el programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral) sobre el estado de los procesos judiciales, explicó: “Una de las cuestiones centrales se definirá el viernes, un día antes de nuestra charla en Paraná: unos 35 imputados intentarán acordar con la Justicia lo que se llama reparación integral”. Según anticipó, esos acuerdos rondarían entre 30 y 40 millones de dólares. Pero lo más delicado es la contraprestación judicial: “Aquí no ha pasado nada a cambio de plata. No es un reconocimiento de los hechos, sino un sobreseimiento. Con lo cual hay una polémica importante que todavía no está saldada”.
La crudeza del periodista se manifestó también en relación a la impunidad biológica de algunos imputados: “Hay muchos que especulan con su propia muerte. Saben que tienen ochenta y pico de años y dicen: ¿para qué voy a poner ahora? Más vale que esto se extingue cuando yo me extinga”.
En cuanto a la gestión actual, se detuvo en el impacto que los casos de corrupción pueden tener sobre el gobierno de Javier Milei. Allí, Cabot fue tajante: “La corrupción argentina es sistémica. A mí no me preocupa tanto que aparezca un caso de corrupción en la Argentina, porque de hecho está montada sobre esquemas corruptos en cantidades de áreas. Lo que sí me preocupa es qué hacen los gobiernos con los corruptos: si los apañan o los apartan”.
Sobre la figura del presidente, marcó un rasgo distintivo: “Milei es un funcionario que en una cantidad de temas no se ocupa, literalmente no le interesan. Su núcleo de interés es muy profundo en algunos sectores de la gestión y absolutamente lejano en otros”. Así, señaló que el mandatario deja correr a la Justicia, sin intervenir ni impulsar denuncias. Pero advirtió que las sospechas de irregularidades en su entorno pueden tener consecuencias serias: “Ahí hay un tufo de cosas posibles. Y lo más importante es que impactan de lleno en la autoridad moral que debe tener el ajustador o el que viene a luchar contra la casta”.
De todos modos, relativizó el peso electoral de la corrupción frente a la economía: “Yo soy bastante pesimista respecto de considerar que la Argentina vota por cuestiones vinculadas a la corrupción. El principal decisor del voto es la economía, lo que le pasa al bolsillo. Mucho más allá de la cuestión moral”.
La cita de este sábado en Paraná promete, entonces, reunir no solo datos y argumentos, sino también perspectivas que cruzan la experiencia del periodismo de investigación con el análisis político. Como enseña Cabot: la corrupción se juzga en los tribunales, pero la política se mide en las urnas.
-Las elecciones en la Provincia de Buenos Aires fue un antes y un después en el plano político.
-Sin duda. Yo creo que sí. Por la relevancia de la elección en sí, digamos, de los cargos que se eligen, No por eso, sino claramente por el resultado… que la verdad es que no deja de ser impactante lo que produce un resultado esperado. A mí me llama la atención, porque el peronismo en la Provincia de Buenos Aires, pensemos… siempre pongo como una referencia a aquella elección de Vidal, donde ella resulta electa. El peronismo en ese momento, si se contasen las dos facciones que fueron, la de (Sergio) Massa y la que en ese momento el candidato era Felipe Solá, y también la de Aníbal Fernández, que finalmente fue con el kirchnerismo duro, con el peronismo duro. Bueno, esas dos facciones sacaron el 54%. si se las sumase. Vidal sacó el 39%, y con el 39% fue gobernadora. Entonces, la verdad es que el peronismo está en su línea de flotación constante y continua, sin interesar demasiado mucho la gestión. Y, del otro lado, tenés una fuerza, si querés, anti-kirchnerista, que podría haber sido La Libertad Avanza, que se dividió en cuatro o cinco. Con lo cual, el resultado es el esperado. Solamente había que sentarse a ver un poco de historia y ver lo que pasaba. Sin embargo, para el gobierno fue un cataclismo. Y, básicamente, pega muy de lleno… pega muy de lleno en su forma de gobernar. Que básicamente es un poco -como ha dicho mucha gente-, incluye cada vez a menos gente, soporta cada vez menos un no, gestiona de una manera muy particular, destrata a la gente, no solamente a sus aliados, sino a todos quienes podrían acompañar en ese espacio político, más allá del candidato. Con lo cual, para ellos fue un golpe importante, porque como les digo, pega de lleno en una manera de concebir la gestión y la política, que hasta ahora era casi, si quieren, una pared infranqueable, y que ahora se da cuenta que no tiene tal densidad.
-El 6 de noviembre empieza el juicio por el caso de la de la causa de los cuadernos ¿Ya estás ya estás fijada esa fecha?
-Sí, lo fijó el tribunal oral. En el medio van a pasar cosas muy importantes. Una de ellas va a suceder el día anterior a que nosotros estemos en Paraná, el viernes. Y es una audiencia donde les diría que unos 35 imputados van a intentar arreglar el juicio con lo que se llama reparación integral.
- ¿Cuarenta millones de dólares ofrecen?
-Y bueno, ofrecen en realidad… eso lo van a decir el viernes, cuánto ofrece cada uno. Pero, uno podría intuir de conocer los movimientos de los abogados y demás, que lo que van a hacer es tratar de pagar el famoso embargo actualizado a una tasa activa del Banco Central. Si uno mira más o menos eso, puede llegar, como bien ustedes dicen, a alrededor de 30-40 millones de dólares, por lo menos, es el lote de imputados.
- ¿Y qué expectativas tiene en qué puede terminar? Por ejemplo, ¿cuánto tiempo va a llevar… porque aquí la causa de Sergio Uribarri demandó cuatro-cinco meses.
-No… yo creo que estamos hablando para que haya sentencia firme, calcular entre cinco y diez años para ser optimistas; de acuerdo a los tiempos procesales.
-Es decir, que pueden fallecer varios de aquí a la sentencia firme.
-De hecho, hay muchos, aunque les parezca mentira, hay muchos que no van a estar en la audiencia o decidieron no ir porque especulan con su propia muerte. Ya saben que tienen ochenta y pico de años que no van a llegar y dicen, ¿para qué voy a poner ahora? Más vale que esto se extingue cuando yo me extinga, ¿no? Y apuestan por su propia muerte. Una cosa bastante particular, digamos, una manera muy particular de ver la Justicia y demás… pero… bueno… cada cual tiene la moral que tiene y los millones que tiene como para jugarlo donde quiera. Lo que este esto y lo que les decía recién es que quizás la particularidad de esta es que la contraprestación que la Justicia tendría que darles a quienes entran en este proceso es el sobreseimiento. No es un reconocimiento de los hechos, sino que aquí no ha pasado nada a cambio de plata. Con lo cual ahí hay una polémica importante y hay algo que todavía no estás saldado. No se sabe muy bien qué va a hacer la fiscal y demás. Por eso, quizás vamos a tener un poco más de datos el sábado, porque el viernes es la audiencia.
- ¿Cuánto cambió el escenario con Javier Milei respecto de situaciones como el quedar al descubierto por los audios, los pedidos de coima?
-Cambiaron varias cosas. O sea, Milei es una persona o un funcionario que en una cantidad de temas que no se ocupa. Literalmente no se ocupa, no le interesan. Su núcleo, por así decirlo, de interés es muy profundo en algunos sectores de la gestión y es muy, les dirían ni siquiera superficiales, es absolutamente lejano en otros, ¿no? Obviamente, estamos hablando de que la profundidad la tiene toda la cuestión económica en un principio. ¿Esto qué quiere decir? Que él a la Justicia la deja que corra. No es un personaje que se caracterizó por denunciar a nadie, a la casta no le denunció Milei. Su tabla rasa también lo hizo con la justicia. Piensen que prácticamente no hay denuncias de la gestión de Alberto Fernández, que fue su predecesor. Y todas estas denuncias que están llegando a juicio son denuncias que ya tienen muchos años y que ya, digamos, van sedimentando el proceso. Respecto a las denuncias que empezaron a conocerse de su administración y, bueno… es muy difícil para él poder despegarse primero por los personajes involucrados. Segundo, por la, si quieren, el olfato a verosimilitud que tiene todo por los personajes también que están involucradas, ¿verdad? Este tipo de fondos discrecionales, las droguerías, el amigo de él o el abogado de él o el cercano a él, que era el titular de Andis (Agencia Nacional de Discapacidad), con lo cual ahí hay un tufo de cosas posibles. Y tercero, y muy importante, y me parece porque impactan muy de lleno en la autoridad moral que tiene que tener el ajustador o el que viene a luchar contra la casta. En ese punto me parece que el efecto puede ser muy importante en algunos sectores sociales de la Argentina. De cualquier manera, quiero decirles que yo soy bastante pesimista respecto de considerar que la Argentina vota por cuestiones que, digamos, condenan a la corrupción y demás con el voto. La Argentina vota claramente otra con otro énfasis, y el principal, digamos, si querés decisor del voto, a mi modo de ver y no deja de ser mi opinión, es la economía. Y lo que le pasa al bolsillo… mucho, pero mucho más allá de la cuestión de la corrupción que es una sociedad en algún punto ciertamente cínica. Porque lo condena en público, pero cuando le toca ir a votar no toma eso, digamos, como uno de los momentos constitutivos de la decisión. Con lo cual no sé qué tanto le va a afectar electoralmente a Milei… quizás sí, en algunos centros urbanos y demás, pero, para mí no va a mover demasiado el amperímetro. Lo que sí cambia la ecuación del voto es, obviamente, cómo está el bolsillo.
- ¿A tu entender, hechos de corrupción de acá al fin del mandato de Milei van a seguir apareciendo?
-Bueno, creo que… a ver… la corrupción argentina es sistémica y Milei no tiene gente de confianza, no tiene 3.000 personas de confianza que trabajen a su alrededor y con las que ponga las manos en el fuego cuando le das cifras de varios ceros para manejar, muchas de ellas discrecionales. Del punto de vista, a mí no me preocupa que aparezca un caso de corrupción en una Argentina como esta que ha vivido a caballito de la corrupción. Lo que me preocupa es qué hacen los gobiernos con los corruptos, si los apañan o los apartan. Eso quizás es la discusión y esa es una duda que tenemos que todavía Milei no la ha despejado o por lo menos no la ha despejado del todo, porque con algunos que no le han sido fieles a sus predicamentos políticos ha sido absolutamente duro y con otros no ha rodado una cabeza. Por lo cual, esa es una duda que queda y que la va a tener que despejar. Pero, como les digo, a mí no me preocupa tanto que aparezca un caso de corrupción en la Argentina sistémica, porque de hecho la Argentina está montada sobre esquemas corruptos en cantidades de áreas. Lo que sí me preocupa es qué hace el poder con esos corruptos.
Programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral) del miércoles 10 de septiembre de 2025