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Riesgo ambiental en el río Paraná: sólo 6 de cada 100 sábalos está en edad de reproducirse

Con solo 6 de cada 100 sábalos en edad reproductiva, la provincia de Santa Fe restringirá las exportaciones de esta especie a partir de diciembre.

“El sábalo es un eslabón clave del ecosistema y también de la economía pesquera. La evidencia científica es contundente: necesitamos reducir la presión extractiva para asegurar su sostenibilidad”, explicó el ministro de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, Enrique Estévez, en declaraciones que vuelven a exponer la grave situación sobre la fauna íctica. El funcionario santafesino remarcó que la veda de acopio de pescado para la venta al exterior “no afectará el consumo local ni la exportación de peces de criadero. Buscamos preservar la biodiversidad y garantizar el futuro de la actividad pesquera”, aseguró. Investigadores en la materia consultados por ERA Verde, insisten en que la medida debe ser acompañada por las demás provincias que detenta jurisdicción en la cuenca del Paraná.

Con solo 6 de cada 100 sábalos en edad reproductiva, la provincia de Santa Fe restringirá las exportaciones de esta especie a partir de diciembre. Así, busca priorizar el cuidado del ecosistema que sostiene a comunidades pesqueras y consumidores locales, aseguró en una nueva comunicación oficial donde subraya el “por qué es importante limitar la exportación de peces del río Paraná”. En este orden, se apuntó que “la medida no afectará el consumo local ni la exportación de peces de criadero. Buscamos preservar la biodiversidad y garantizar el futuro de la actividad pesquera”, afirmó el titular de Ambiente y Cambio Climático provincial, Enrique Estévez.

La decisión del gobierno santafesino se oficializó mediante la Resolución N° 332/2025 y alcanza a todas las especies cuando provengan de capturas realizadas en ambientes naturales del río Paraná y sus afluentes en jurisdicción provincial. Se argumentó que se busca “evitar el colapso ecológico”.

Consultado por ERA Verde respecto al mecanismo, el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Luis Espínola, apuntó: “La suspensión de la exportación se limita a las aguas de la provincia de Santa Fe, pero la cuenca del Paraná es transfronteriza, abarcando otras provincias y países. Aunque la mayoría de los frigoríficos se concentran en Entre Ríos y Santa Fe, este punto es clave: los frigoríficos santafesinos podrían trasladar su actividad a otras jurisdicciones, reduciendo así el efecto de la ley provincial. En consecuencia, sin coordinación interprovincial o nacional, la efectividad de la medida se vería comprometida”, advirtió.

De acuerdo a lo informado por el Gobierno de Santa Fe, a partir del 3 de diciembre de 2025, en Santa Fe quedará suspendido por un año el acopio de pescado de río -y de sus afluentes- con destino a exportación. La decisión no prohíbe la pesca ni afecta a la comercialización de peces provenientes de criaderos, pero marca un punto de inflexión para el manejo sostenible de los recursos del Paraná.

La resolución responde a un contexto ambiental crítico. Los estudios más recientes del proyecto Evaluación Biológica y Pesquera de Especies de Interés Deportivo y Comercial (Ebipes), que integran Nación, provincias, universidades y la Prefectura Naval, revelan una drástica caída en los niveles hidrométricos y en la población de sábalos con capacidad reproductiva: solo 6 de cada 100 ejemplares están en condiciones de reproducirse. Este dato resulta inquietante, ya que el sábalo es la base de la cadena alimentaria del río Paraná y una de las principales especies destinadas a consumo interno y exportación, indicó Era Verde.

 

En riesgo

La situación crítica del sábalo se origina por múltiples factores: la bajante prolongada del río Paraná, las bajas temperaturas y la intensa presión pesquera. Los niveles actuales del cauce generan una desconexión entre el río y las lagunas de desove, lo que dificulta la reproducción natural. A esto se suma la captura de ejemplares adultos –los únicos con capacidad reproductiva–, lo que agrava aún más el panorama.

El sábalo, que se alimenta de sedimentos y materia orgánica del fondo del río, es también alimento esencial para especies como el dorado y el surubí. Por eso, su disminución impacta no solo en el ecosistema, sino también en la economía regional y en el consumo interno, ya que abastece a pescadores artesanales, frigoríficos y mercados locales.

“La restricción a las exportaciones forma parte del Plan Ictícola Provincial, dictado por la Justicia y debatido en mesas participativas con pescadores, cooperativas y especialistas. La iniciativa se alinea con las políticas nacionales e internacionales de conservación, que buscan equilibrar la explotación comercial con la recuperación de los recursos naturales”, se agregó en el parte de prensa gubernamental.

El Gobierno santafesino también confirmó que la pesca para consumo interno y la exportación de especies de criadero seguirán habilitadas. En paralelo, el Ministerio de Desarrollo Humano e Igualdad mantiene programas de asistencia para los trabajadores del sector afectados por la medida.

 

Surubí, dorado y pacú

En paralelo, hace dos semanas Santa Fe estableció una veda total para la pesca comercial y deportiva del surubí pintado y atigrado, vigente del 1 de noviembre al 31 de diciembre de 2025. Durante ese período queda prohibida la captura, acopio, transporte y comercialización de estas especies. Además, continúan las restricciones permanentes para el dorado –solo pesca deportiva con devolución obligatoria–, el pacú y el manguruyú, cuya pesca está totalmente prohibida.

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