“Raro” es lo que dicen por dónde se averigüe y se consulte acerca del cargamento de 134 kilos de marihuana hallado el pasado lunes en la zona norte de Paraná, a la orilla del arroyo Las Conchillas, en un lugar que ha sido un punto de conflictos este año entre los propietarios de los campos de la zona y un grupo de familias de pescadores que han residido allí por generaciones, hasta que debieron abandonar el lugar tras denuncias de hechos violentos.
El llamado, la línea telefónica que la realizó que dejó de existir, la supuesta lancha, así como el tipo de droga y el posible destino, entre otras rarezas mencionadas por quienes estuvieron trabajando en el caso. Lo que no es raro es que esa zona del río Paraná sea un punto de descarga de drogas para la distribución en Paraná o bien para su traslado a otras ciudades de esta provincia o hacia otros destinos, como hace varias décadas.
La versión principal señala que alrededor de las 13.30 del lunes el jefe de la comisaría séptima recibe un llamado donde un pescador dice que observó una lancha negra con dos motores donde sus ocupantes descargaron bultos sobre la costa de un campo ubicado en calle Walter Grand al final.
Hay información contradictoria acerca de si ese punto del terreno pertenece a Armándola/Folonier o a Todoni. También hay datos contrapuestos acerca de si es fácil acceder y salir con un cargamento de drogas desde ese lugar hacia la calle y hacia la autovía del Acceso Norte.
El llamado
El llamado del pescador fue grabado por el celular del jefe de la comisaría y se escucha lo siguiente:
Comisario (C) y Pescador (P)
C: —Comisaría Séptima buen día ¿Hola?
P: —Hola. Sí ¿con el comisario de El Brete?
C: —Sí, buen día.
P: —Hola, buen día. Discúlpeme, le quería hacer una denuncia. Acá estoy pescando en Las Conchillas. Vino recién una lancha negra con dos motores y han tirado unos bultos acá al lado del barco. Donde está el cartel, al lado del barco. En Las Conchillas hay un cartel que dice propiedad privada. Recién se fueron para el lado del norte.
C: —¿Y dejaron los bultos ahí?
P: —Se fueron a la m***.
C: —¿Se fueron con los bultos?
P: —No, lo tiraron, están ahí los bultos.
C: —¿Vos me podés mandar la ubicación?
P: —Bien en Las Conchillas donde está el barco, del lado de Paraná-
C: —¿Pero para qué lado? No sé dónde queda Las Conchillas yo.
P: —Acá para el lado de Villa Urquiza.
C: —Vos estás hablando con la séptima.
P: —Con El Brete.
C: —Sí, comisaría séptima.
P: —Ajá.
C: —O sea ¿vos estás diciendo ahí en lo que está… sería de calle Grand al final?
P: —Sí, sí, sí, ahí mismo.
C: —¿Vos entrás a la tranquera, para allá abajo?
P: —Ajá, ahí mismo, nos vamos nosotros, ya le avisé, me da miedo. Chau.
El llamado puede ser auténtico en todo sentido, aunque dese el vamos a algunos investigadores les generó algunas dudas: Un punto es que no queda claro dónde estaba el pescador observando esa situación que describió. No lo dijo. Otro es que resulta muy extraño encontrar una lancha de las características a las mencionadas por el denunciante: negra con dos motores fuera de borda. El color vaya y pase, pero los dos motores es algo que generalmente se utiliza para otro tipo de navegación, más que nada en mares.
Por otro lado, surgió la duda de por qué el pescador llamó al celular del jefe de la comisaría, en lugar del 911. Hoy en día muchos vecinos tienen agendado el celular de la comisaría de la jurisdicción donde viven, pero en aquella zona no pareciera ser esta situación.
Posteriormente, en la investigación surgieron más dudas: se buscó ubicar a este testigo clave y no hubo forma de localizar ni siquiera al titular de la línea: desde entonces está apagado, ese número no tiene WhatsApp y tampoco aparece en el registro de Mercado Pago, que son los primeros métodos de averiguación. Luego podrían surgir otros, pero al parecer la línea o ese celular no existe más.
El hallazgo
El jefe de la comisaría séptima envió a personal de esta dependencia para constatar la denuncia. Sobre la orilla encontraron los 18 bultos: 16 rectangulares y dos circulares. Avisaron a las autoridades de la Jefatura Departamental Paraná, quienes se hicieron presentes. Notificaron a la Fiscalía de Atención Primaria. Recién a las 16 llamaron a la Dirección de Drogas Peligrosas, que se encargó del peritaje de rigor. Confirmaron que se trató de marihuana y que pesó algo más de 134 kilos. Desde Drogas Peligrosas se puso la situación en conocimiento de la Justicia Federal.
Muchos recuerdan la “mala experiencia” del mes de marzo, cuando se encontraron unos 40 kilos de cocaína y hasta un buen tiempo después no se había dado intervención a la Justicia Federal. Tampoco se encontraron responsables de esa droga ni de la supuesta cocina. Esto generó malestares y cortocircuitos entre autoridades e instituciones.
Se entiende que, ante la elemental sospecha de que se trate de droga, tal como sucedió el lunes, se debe dar intervención inmediata al Juzgado y a la Fiscalía Federal de inmediato, no hace falta abrir los bultos para constatarlo. Tampoco en ese momento se habilitó a intervenir a la Unidad Fiscal de Narcomenudeo de Paraná, para eventualmente adoptar alguna medida inmediata.
Este miércoles la causa llegó a la Fiscalía de Paraná y luego se solicitarán medidas para intentar esclarecer el hecho.
En el lugar sí estuvo personal de la Prefectura Naval Argentina, hablaron con las autoridades de la Policía provincial, intercambiaron alguna información. Nadie tenía registro de una embarcación como la que describió el pescador que llamó por teléfono. Barcos y barcazas, en cambio, pasan todo el tiempo.
Por otro lado, hay otro dato que están teniendo en cuenta: dos o tres días posterior del hallazgo de la marihuana, un puestero del campo de Todoni avisó a la Policía que se observaron movimientos extraños en la zona, que vio una camioneta con un tráiler, pero no lo asociaron a la droga sino a una situación posible de abigeato. Quedaron en que cualquier cosa volvía a llamar y no sucedió más nada.
Con respecto a las cámaras, debido a situaciones conflictivas anteriores, los dueños de los campos instalaron un sistema de monitoreo que enfocan a la zona donde habría ocurrido el transporte de la droga por el río. Se trata de cámaras que se activan con el movimiento. Descargaron esas imágenes y la están analizando.
¿De quién es la droga?
Tampoco queda claro en esta trama a quién pertenecía este cargamento de marihuana. Esta es una zona donde históricamente hubo movimientos de los distintos jefes narcos de turno de Paraná, que bajaban la droga que llegaba desde el norte por vía fluvial. La cuestión es que hace mucho tiempo que no se ven lotes grandes de este tipo de droga en la zona. Sí se llevan y traen de a pocos kilos, pero sea porque no conviene al negocio o porque se supone un riesgo, no se venían encargando ni transportando de a cientos de kilos, al menos en situaciones que se hayan conocido públicamente.
Por otra parte, según los que trabajan a diario en casos de narcomenudeo en Paraná, la marihuana prensada ha decaído mucho en el mercado, teniendo en cuenta que creció la oferta y la demanda de flores de cannabis o la venta de esta sustancia en lo que se considera una calidad superior, desde ya que con el mismo o peor daño a la salud pública. Tanto por el circuito local de cultivadores o incluso en nivel mayorista que llega desde Paraguay, desde hace un tiempo circula, se vende y se consume un tipo de marihuana diferente al clásico prensado como se observó en el caso del cargamento hallado el lunes.
Por esto es que hay investigadores en la Policía y en la Justicia que creen que el destino de este cargamento no era Paraná, sino que debía seguir viaje hacia otro centro urbano más grande.


