
Por J.C.E. (*)
Doscientas cincuenta dosis de vacunas antigripales para menores implica doscientos cincuenta niños en riesgo de contraer la enfermedad más un número incierto de otros contagiados, lo cual extendería el problema en términos exponenciales. Hay que ser una persona vacía de valores para cometer ilícitos en perjuicio de los chicos.
Resulta agraviante para nuestra sociedad que gente de las características que denuncian su accionar convivan entre nosotros y, además tengan acceso a lugares tan delicados como el destinado a guardar las vacunas.
Nada de esto habla bien, ya no digo de los delincuentes, y los llamo así porque han cometido evidentemente un delito, sino de quienes tienen la responsabilidad de velar por los bienes públicos, los que sean, pero especialmente, y más especialmente aún en los complejos días que estamos viviendo.
Más allá que esto amerite la consiguiente investigación policial, lo que sería interesante investigar es el propósito del latrocinio y los antecedentes de quienes lo cometieron.
Es común en los delincuentes callejeros, más que nada en los precoces, que se defiendan diciendo que tienen hambre o hijos a los que no puede alimentar. Aún así no creo que sea este el caso ni la defensa que pudieran ejercer, si son descubiertos, los perpetradores de la acción deleznable.
Una ciudad como Paraná, donde familias enteras más allá del respaldo económico que puedan tener -habitualmente bajo-, e instituciones de la comunidad se han desviado de su rutina de trabajo y de vida para colaborar de la manera que puedan con quienes están a cargo de los tratamientos de quienes son sometidos a estudios minuciosos, en aislamiento, por si hubiera señales del coronavirus; una ciudad como Paraná, decía se ve agraviada por el accionar de estos bandidos que –espero no sea así- pueden vestir ambos o harapos, pero que su maniobrar no les modifica su condición, y lo peor de todo es que ataquen a los grupos etarios más débiles de la sociedad cuyo estado de salud los obliga a permanecer internados en un hospital.
La pregunta que surge, ya que se trata de medicamentos específicos, es cuál será o habrá sido el destino de estas 250 dosis de vacunas antigripales para menores.
Días atrás tuvimos la mala noticia respecto de una conocida empresa farmacéutica que había acopiado en galpones bajo llave envases conteniendo alcohol en gel, producto hoy por hoy, de primera necesidad recomendado por las autoridades sanitarias y que se encontraba en falta en muchas farmacias. En este caso se delataba la especulación, jugando por dinero con la salud de mucha gente.
No se puede especular con temas tan delicados como estos, y mucho menos en lo que atañe a la provisión de medicamentos, vacunas en este caso, que hacen a la seguridad o no de la evolución de los pequeños pacientes.
Dicen que la investigación está en marcha, sería de esperar que más temprano que tarde vea la luz y los paranaenses podamos saber con nombre y apellido quienes son los indeseables que viven entre nosotros.
(*) Especial para ANALISIS.