
La puja por el poder es descarnada y los contendientes quedan a la intemperie.
Mónica Gutiérrez
Los días y horas previos a los cierres de listas son siempre tensos. Las llamadas se aceleran, las defensas bajan y todos quedan expuestos tal y como son. La puja por el poder es descarnada y los contendientes quedan a la intemperie.
Es probable que al menos por unos días el uso del concepto “casta” quede fuera del vocabulario del oficialismo. El mismísimo Milei deberá encontrar otra denominación para designar a las “ratas inmundas” por las que dice estar acechado.
En el toma y daca del armado de las listas necesita de casi todos y se impone echar mano a lo que hay. La tarea que no permite andar reparando en prejuicios ni pequeñeces.
Las alianzas ya acordadas para la elección en la Provincia son pura cáscara hasta que no se completen con nombres y apellidos. Corre el tiempo de descuento. Este sábado es el día D.
“Hablé con Karina. Estoy a disposición. ¿Querés que acompañe en septiembre? ¿Querés que acompañe en octubre? ¿Querés que no acompañe? Mi convicción es acompañar al Presidente, lo voy a hacer siendo candidato o no”.
Diego Santilli está ya en modo violeta intenso. La conformación de la juntada del PRO con La Libertad Avanza no lo puso en crisis. Él no tiene duda alguna de dónde le conviene estar. Sabe que tarde o temprano tendrá su lugar. Hay que reconocer que se lo merece. No puso un solo palo en la rueda. Un incondicional.
Lo de Cristian Ritondo no fue tan plácido. El jefe de los amarillos en territorio bonaerense llega a la medianoche del cierre con algunos sobresaltos. No logró imponer un nombre que precise siquiera que el PRO es parte de la llamada Alianza La Libertad Avanza. Por el momento no se sabe cuántos son los amarillos en posiciones “entrables” y son varios los intendentes que le plantaron bandera y se cortaron solos. Ni unidos ni dominados.
Hasta dónde se sabe, son tres los jefes comunales del PRO que decidieron jugar por afuera. Javier Martínez, de Pergamino; María José Gentile, de 9 de Julio; y Diego Reyes, de Puán. No están dispuestos a dejarse abducir por las “fuerzas del suelo” del libertarianismo.
La situación más crítica es la de Vicente López, donde la intendente Soledad Martínez resiste integrar la pretendida alianza. La alcaldesa, heredera política de Jorge Macri y vicepresidenta del PRO en el nivel nacional, no se resigna a que los violetas le colonicen el distrito que gobierna el macrismo con mano de hierro.
El informe de situación que publicó este jueves la Fundación Pensar también da cuenta de cuánto desconcierto reina en el partido que fundó y supo liderar Mauricio Macri.
El think tank que preside María Eugenia Vidal denuncia una pérdida de ingresos reales de la gente, en especial de la clase pasiva, advierte sobre la falta de gestión y llama a “administrar mejor”. El paper amarillo sostiene que las jubilaciones acumulan una baja en términos reales del 4,7% desde diciembre y que el salario real cayó el 6% entre noviembre de 2023 y marzo de 2025. Describe con crudeza “una Argentina dual” con claros ganadores y perdedores.
El documento, que lleva el demoledor título “Dr Jekyll y Mr Hyde”, deja a la intemperie las fisuras que resquebrajan el bloque macrista de la Cámara baja que preside Ritondo. Mientras algunos quieren cerrar filas con el oficialismo, otros rechazan de plano las leyes impulsadas por el oficialismo. Se pone difícil.
La consigna que convoca a la unidad en territorio bonaerense para terminar con el kirchnerismo, una fuerza en avanzado estado de autodestrucción, no resulta suficiente para explicar las razones que llevan al PRO a diluirse en el libertarianismo.
El modo rocambolesco en el que tramita la movida en este tiempo preelectoral trae a escena algunas otras mañas de la vieja política. Entre ellas, las candidaturas testimoniales.
Tanta diatriba anti casta para llegar a las elecciones de medio término naturalizando que todo vale y que se puede encabezar una lista para después bajarse y dejar instalada la sábana repleta de quién sabe quién.
Cuando todavía está por verse si Manuel Adorni baja a la Legislatura porteña y se descree que Silvia Lospennato, Laura Alonso y Hernán Lombardi resignen sus actuales posiciones para calentar la poltrona que supieron ganarse en el mismo recinto, en la Provincia se asoma en todos los espacios la perversa intención de jugar a la testimonial.
Las características de la particularísima elección del 7 de septiembre en Buenos Aires, en la que se elegirán legisladores provinciales y concejales en 8 secciones electorales, obliga a apostar a los más fuertes y conocidos.
Por La Libertad Avanza son varios los intendentes que están para salir a la cancha electoral. Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, y Guillermo Montenegro, de Mar del Plata, entre otros. Si están dispuestos a respetar el mandato de las urnas, deberán dejar sus despachos para ocupar bancas provinciales. Caso contrario, se pondrán en evidencia como más de lo mismo. Todo sea por un futuro mejor, ya sea en el Poder Ejecutivo como en la Gobernación.
Hartos del cristicamporismo y las indefiniciones de Kicillof, varios peronistas decidieron romper filas y salieron a armar un nuevo espacio: “Somos Buenos Aires”.
La ambulancia que maneja decidido el intendente de Tigre, Julio Zamora, recoge a no-kirchneristas, radicales, vecinalistas y a seguidores de Emilio Monzó. En un contexto de extrema polarización, todavía no se sabe a quién le restará votos. En cualquier caso, considerando que pretenden dar su mejor versión, es de esperar que ninguno de ellos se autoperciba testimonial.
Las diferencias acerca de cómo armarse para la elección de octubre, un asunto que enfrenta a las “Fuerzas del Cielo” que lidera Santiago Caputo con las terrenales “Fuerzas del Suelo” comandadas por Karina Milei y sus lugartenientes, los Menem, están produciendo daños irreparables.
Sobre el cielo, hasta aquí casi prístino, del oficialismo rige un estado de alerta rojo. Han comenzado a volar carpetazos.
La noticia del millonario contrato con el que se quedó la empresa Tech Security, de la familia de Martín Menem, para prestar seguridad al edificio central del Banco Nación, se conoció con lujo de detalles en un momento en extremo sensible.
Martín Menem hizo saber que transfirió parte de sus acciones a su hermano en diciembre de 2023. El vocero Adorni la hizo aún más corta. Dijo que se trató de una “operación periodística”. FIN.
Importa valorar que la noticia del jugoso contrato que obtuvieron los Menem equilibra la carga de las sospechas que pesa sobre otro de los vértices del triángulo de hierro. Siempre cabe aclarar que una cosa es un delito y otra muy distinta es comportarse por fuera de los parámetros éticos, aprovechando el poder para seguir generando buenos negocios.
Han pasado apenas días desde que se hicieron públicas las imágenes del ingreso sin registro aduanero ni control alguno de los tripulantes de un vuelo privado cuyo propietario mantiene fuertes vínculos políticos con el asesor estrella, el chico “que juega a la mancha con los aviones”, según el mismísimo Javier Milei.
Los drones incendiarios del fuego amigo atraviesan el firmamento del anarco capitalismo.
La información de que Martín Menem cedió parte de sus acciones de Tech Security a su hermano no alcanza a despejar la venenosa mancha aceitosa que empezó a expandirse. Mucho humo en la cocina del poder.
Siempre querible, Guillermo Francos intenta pilotear tanto desaguisado con sutilezas. Va de escena en escena tratando de hacer control de daños. Sin plata ni lapicera, apela a su racionalidad y buenas maneras, que a esta altura ya empiezan a resultar insuficientes.
El jefe de Gabinete admitió que el enfrentamiento entre el Presidente y su vice habilitó una “crisis política”. Según Francos, se trata de un desentendimiento, pero no corresponde hablar de “crisis institucional”.
Las diferencias irreconciliables entre Javier Milei y Victoria Villarruel se dirimen a cielo abierto y eso hace todo más crudo y penoso, pero al mismo tiempo más saludable. El vínculo está total y definitivamente roto. No hay lugar para intrigar ni pase de facturas.
La “batalla territorial” que llevan adelante la hermana Milei y los primos Menem es más compleja y dañina que la pimpinelesca trifulca entre Vicky y el Javo. Con los “celestiales” relegados, la línea dura arremete generando daños colaterales.
El despiadado avance por el armado de las listas en el interior profundo de la Argentina va dejando un tendal de heridos. No todos están dispuestos a ser avasallados. La deriva conlleva una crisis política que amenaza afectar lo institucional.
Los gobernadores siguen abroquelados en defensa de los proyectos de Ley que ya tienen media sanción del Senado, ATN, impuesto a los combustibles líquidos y fideicomisos. Por el momento, no parecen dispuestos a entregarse. No los doblega el látigo, van por la billetera.
El maltrato ancestral que baja con “la batalla cultural” que libra Milei ya no funciona. Han pasado del agobio al aburrimiento. Milei empieza a darse cuenta.
El show político-mediático que fogonea el oficialismo en torno a la brutal ruptura entre el Presidente y su vice no alcanzó para disimular las tensiones más profundas y centrales que afectan a la mesa chica de Milei.
El peronismo, entretanto, cuece sus propias habas. El cristicamporismo y el kiciloffismo llegan al deadline de este sábado sin poder resolver sus cuestiones. Menos juntos que amontonados, pretenden presentar batalla desde la emblemática Tercera Sección Electoral.
Con la jefa espiritual cumpliendo condena, ejecutan acciones a la atropellada para confortarla. Desde el fogoneo de la consigna “Cristina Libre”, hasta la diatriba de Grabois asegurando indulto, pasando por el escatológico escrache en lo de Espert, todo, absolutamente todo, suma votos a la campaña libertaria. Lo hacen por “amor”, pero producen espanto.
(*) Infobae