“Hablar con la oposición no es un signo de debilidad sino muy por el contrario representa madurez política y un acto de responsabilidad frente a los problemas que van a dejar a las futuras gestiones por culpa de sus desaciertos en el manejo de las finanzas públicas”, consideraron desde Convergencia.
Un proceso de compra de pañales dejó afuera a proveedores históricos, adjudicó a una empresa no inscripta y se quedó con un contrato estimado en US$450 millones.