El juez Federal de Rosario Omar Digerónimo dictó ayer la inconstitucionalidad del decreto de indulto 1.002/89 y ordenó reabrir la causa contra Ramón Genaro Díaz Bessone, que fuera jefe del Segundo Cuerpo de Ejército entre septiembre de 1975 y octubre de 1976, por lo que podría disponer una nueva orden de arresto, aunque el militar ya se encuentra detenido por orden del juez Federal Jorge Urso, que investiga el funcionamiento del Plan Cóndor entre las dictaduras de América Latina.
El juez Federal Omar Digerónimo firmó ayer la inconstitucionalidad del indulto 1.002/89 que liberaba de culpa y cargo a Ramón Genaro Díaz Bessone, como así también al coronel Carlos Ramírez, quien fue jefe de la Policía Santafesina en aquel período, haciendo lugar a un pedido firmado por el fiscal de primera instancia Francisco Sosa, según informó el diario Página/12.
Curiosamente, hace 15 años el mismo Digerónimo -en ese momento como secretario de Actuación de la causa Meced- notificaba la continuidad de la misma y pedía que cite a declaración indagatoria a Díaz Bessone y a Leopoldo Fortunato Galtieri, pero el 23 de noviembre de 1989, se firmó el decreto de indulto y se resolvió el archivo de la causa.
Díaz Bessone fue quien el año pasado tuvo una impensada declaración en una entrevista que le hizo una periodista francesa, al confesar las torturas y ejecuciones de la dictadura militar en un momento en que creía que la cámara estaba apagada. En los salones del Círculo Militar, del que fue presidente durante varios períodos, Díaz Bessone sostuvo que en la denominada “guerra contrarrevolucionaria los daños colaterales son los desaparecidos y las ejecuciones extralegales”. “¿Cómo puede sacar información (a un detenido) si usted no lo aprieta, si usted no tortura?”, preguntó.
En la entrevista, el genocida también descartó como “propaganda” la cifra de 30.000 detenidos-desaparecidos y dijo que no llegaban a 7.000. Pero admitió que fueron asesinados en la clandestinidad, cosa que nunca había hecho antes en público ningún integrante de la cúpula castrense de entonces. “¿Usted cree que hubiéramos podido fusilar 7.000? Al fusilar tres nomás, mire el lío que el Papa le armó a Franco. Se nos viene el mundo encima. Usted no puede fusilar 7.000 personas”.
“Hemos conocido amigos nuestros, cuyos hijos eran para los padres insospechados, estudiantes, buenos chicos. Ellos no sabían que ese hijo que iba a la universidad estaba en la guerrilla y escondía armas en su propia casa. Al estar metido dentro de la población, a veces se toma a alguien y se piensa que todos los que están en esa casa están complicados en la guerrilla y se cometen errores. Son los errores característicos de esta guerra. La gente que critica no lo va a entender nunca. Pero el error es humano cuando hay guerrilleros infiltrados en la población”, dijo sin inmutarse en declaraciones que forman parte del telefilm Escuadrones de la muerte. La Escuela Francesa, dirigido por la periodista Marie Monique Robin.
�
