La obligación de quedarse con la victoria era del local, por ello propuso un esquema con tres hombres en el fondo, cinco volantes y dos delanteros. Mientras que la visita se paró con el mismo dibujo que en sus últimos encuentros, el 4-4-2. En los primeros minutos la tenencia de la pelota fue del local. Wittwer y Boniardi se juntaban para generar juego de mitad de cancha hacia adelante tratando de habilitar a los delanteros Romero y Nadalich, pero la defensa del visitante se mostraba firme y no tenía complicaciones. La única llegada con cierto peligro fue a la salida de un corner que ejecutó Wittwer al medio del área y allí remató Nadalich, pero Lencioni estaba ubicado en el lugar justo para despejar el esférico que iba al arco.

El Gato debía luchar mucho en la franja central para recuperar el balón, eso era tarea de Lencioni y Vercellino. En tanto que la intención de atacar se daba por la banda izquierda, con Piris proyectándose cuando tenía tiempo y espacio, Trinidad trataba de desbordar y por allí se acercaba Fernando Benítez para crear peligro. Pero dentro de un partido de trámite parejo, muy disputado, el Rojiblanco no pudo elaborar ninguna jugada de riesgo en media hora.

La visita a los arcos se habían tomado un descanso, el local quería pero chocaba con la firme defensa Rojiblanca. Las jugadas de pelota parada eran una alternativa para romper el cerrojo defensivo y en ese aspecto el local parece que trabaja bien. Porque en otra salida de un tiro de esquina, el Rojo elaboró una buena maniobra que terminó con un remate de derecha de Rivero y mejor aún estuvo la reacción del arquero Serrano que evitó la caída de su valla.

Fue un aviso que despertó al Decano, ya que enseguida atacó y Ekkert (recién había ingresado por Trinidad) en su primer contacto con el esférico desbordó por el carril izquierdo, llegó hasta el fondo y envió centro al segundo palo. Allí, Matías Benítez le dio de volea y la pelota pegó en la parte exterior de la red del lado izquierdo, en la primera ocasión de sumo peligro para la visita.

Los minutos posteriores fueron de ida y vuelta, con reparto de tenencia de balón, el local generando juego ofensivo cuando se asociaban Boniardi, Wittwer, Rivero y Nadalich, pero defensivamente Paraná estaba firme y no le llegaban con profundidad. El Gato, por su parte, elegía el camino por la banda izquierda para tratar de llegar con peligro al arco contrario, ahora con el desequilibrio y velocidad de Ekkert, aunque si bien tuvo presencia de hombres sobre terreno adversario no logró generar una ocasión clara para romper la paridad.

Llegó el final del primer tiempo y al descanso sin ventajas, dentro de un encuentro parejo y trabado, consigna El Diario.

Poco pasaba en los primeros minutos del segundo período. El local seguía con su intención de controlar la pelota y atacar, pero defensivamente Paraná esperaba con dos líneas de cuatro muy concentrado y no dejaba espacios libres.

Y en la primera oportunidad que tuvo la visita, casi abre el marcador. Buena jugada generada por el sector izquierdo entre Ekkert y el Chino Benítez, quien envió centro al medio del área y la definición de Tincho Benítez encontró la mano derecha salvadora de Otto para evitar la apertura del tanteador.

Se puso lindo el partido, de ida y vuelta, atacaba uno y respondía el otro, el mediocampo era una zona de transición. Y en esta oportunidad quien tuvo el gol fue el dueño de casa. El ataque se dio por el lado derecho, en donde Nadalich metió la pelota al medio del área y allí definió Romero. El arquero Serrano había quedado en el camino, la pelota tenía destino de red pero apareció Piris, quien se tiró al piso y con derecha despejó el balón sobra la línea de gol.

Los minutos finales del enfrentamiento en la ciudad de Reconquista fueron emotivos. El dueño de casa lanzado completamente al ataque jugando con un sistema 3-4-3, metía mucha gente en ofensiva y se desprotegía atrás, por lo que Paraná manejaba inteligentemente la pelota e intentaba lastimar con alguna pelota en profundidad para los delanteros. Pero en dos que le quedaron a Matías Benítez, se encontró en posición adelantada. El Chino mostró signos de cansancio por el despliegue que hizo y fue reemplazado por Antonelli, un jugador con aire para encarar los últimos metros ante una defensa que se adelantó y dio algunas ventajas.

Desesperado, sin ideas, afrontó el dueño de casa los últimos minutos. Los intentos ofensivos no dieron sus frutos porque la firme defensa Decana no le dejaba espacios libres, entonces la única vía de llegar al arco Serrano fueron con disparos de media distancia, pero ninguno de ellos trajo consecuencias.

Así se fue el partido y Atlético Paraná se llevó un punto valioso a barrio San Martín, manteniendo su cómoda condición de único líder de la Zona F y quedando virtualmente clasificado a los cuartos de final.