La Comisión de Tierras y Obras Públicas, Recursos Naturales y Medio Ambiente continúa con el debate por el proyecto presentado por De la Fuente en diciembre de 2010. En la tercera audiencia presentaron sus fundamentos Orlando Martinez, presidente de Fearca y el ingeniero agrónomo Alberto Etienot. Cabe recordar que en una primera instancia se citó a representantes del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la provincia y que en el segundo encuentro se le otorgó la palabra al doctor de Basavilbaso, Roberto Lescano.
La primera exposición estuvo a cargo de Martinez quien realizó su ponencia en base al libro “Una amenaza invisible” del doctor Fernando Manera. Entre otras cuestiones lo que sobresalió fue su fuerte interés en demostrar la toxicidad de todos los productos químicos que se utilizan tanto en la alimentación como en los hogares, además de los usados en la producción agropecuaria. “Le echamos la culpa a los productos que arrojan las aviones pero no nos cuestionamos lo que comemos”, afirmó.
En este sentido, hizo alusión a la necesidad de no utilizar la palabra prohibir, vocablo que para él “habría que sacar del diccionario” y instó a los presentes a realizar “acciones colectivas para solucionar el problema del medio ambiente y no usar la palabra prohibición”. En declaraciones a ANALISIS DIGITAL De la Fuente aclaró que para él se trata de una “contradicción”. “Se citan como ejemplos aquellos productos prohibidos y se critica con mucha dureza el concepto. En este caso en particular el concepto es válido en función de una legislación”, subrayó.
Por otro lado, el ingeniero agrónomo Etienot comenzó su presentación marcando algunos puntos del proyecto con los cuales disentía enormemente. No obstante, aclaró que recién lo había leído, mientras escuchaba la exposición de Martinez. En primer lugar aclaró una cuestión conceptual sobre las diferencias entre fumigaciones y pulverizaciones o aspersiones, que es lo que ellos realizan. Luego explicó que para él es un “menoscabo”, que el proyecto utilice la palabra agrotóxicos, y no agroquímicos. También cuestionó que la iniciativa presente al glifosato como un “cuco” y para concluir criticó la investigación del investigador, Andrés Carrasco.
Para el ingeniero el estudio realizado por el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), es “científicamente correcto pero no aplicable”, y con respecto a la conferencia que dará el próximo martes concluyó que pone “en tela de juicio lo que va a venir a hablar”.
Asimismo crítico que el proyecto tenga como bibliografía el libro realizado por el Grupo de Reflexión Rural, “Pueblos Fumigados”, y propuso a los presentes leer la contratapa donde se hace alusión a que todo el contenido del texto está basado en “relatos de la gente”. Para el ingeniero esas narraciones son una bibliografía que “nos pueden llevar a cosas equivocadas”.
Por su parte, De la Fuente opinó que esas declaraciones le “parece una barbaridad”. En tanto manifestó que aquí está en juego el papel de la ciencia. “Si solamente nos basamos en estrictos datos científicos de laboratorio, tenemos que considerar también que en la ciencia hay intereses en juego. Pero además, nos podemos ubicar en otro paradigma donde, de igual forma, cuenta la experiencia de las personas. Apuesto a escuchar ese otro conocimiento y tomarlo en función de un análisis que tiene por fin tomar decisiones para el bien de todos”, remarcó.
Como parte de su conferencia, Etienol presentó estudios internacionales donde se demuestra que no se producen las derivas –otro de los puntos fundamentales del proyecto debatido- y que lo central es educar en “buenas prácticas agrícolas”. Para el ingeniero, “en medicina no se puede prohibir un medicamento porque se usa mal, sino que se pondría el empeño en la educación”.
De esta manera lo que prevaleció a lo largo del encuentro fueron posturas contrapuestas que, no obstante, demostraron la necesidad de una discusión profunda en la materia. Lo que si quedó de manifiesto fue, la falta de control por parte del Estado, las fallas en educación y concientización de la sociedad, la urgente aprobación de una legislación que preserve la salud de las personas y el cuidado del ambiente y el impostergable debate sobre el sistema de producción agropecuario.