Con una goleada, Vélez inició su andar en la Copa Libertadores

En un encuentro muy trabado, al conjunto de Ricardo Gareca le costó mucho romper con el mediocampo local, que en los primeros minutos fue clave en la recuperación y la sorpresa para coquetear con las redes defendidas por Marcelo Barovero. Con las apariciones de Diego Rolán para sorprender por el costado de Emiliano Papa y con Federico Pintos en buen nivel, sumado a la tibieza y las imprecisiones de Francisco Cerro y Víctor Zapata, los de Gustavo Díaz lograron amenazar en los momentos iniciales, en los que Rolán tuvo la más clara al no poder vencer al arquero cara a cara por la derecha.

Sin embargo, y pese a los momentos en que el dominio fue patrimonio uruguayo, las siguientes chances claras fueron creadas por el conjunto de Liniers. Mauro Óbolo desperdició un tiro cruzado y Diego Rodríguez le tuvo que sacar en la línea un cabezazo a Sebastián Domínguez. Hasta que, a los 41 minutos, tras un tiro libre indirecto, Papa mandó un centro desde la izquierda, Juan Manuel Martínez no pudo conectarlo, Rodríguez tampoco en un error clave y David Ramírez, con un disparo rasante al primer palo, desniveló en favor de la visita. El Mago, que no había gravitado, volvía a aparecer cuando más hacía falta.

El complemento empezó difícil para Vélez, que vio cómo Defensor gastaba todas sus energías en apostar a una igualdad. Rolán siguió complicando, y del lado argentino no aparecían Augusto Fernández ni el Burrito para torcer la historia. Pintos hizo lucir a Barovero con un cabezazo, aunque con el correr del tiempo el resto local se fue terminando. De a poco, el Fortín recuperó el control del medio y el ingreso de Federico Insúa le dio algo más de sorpresa en la zona de creación.

Así fue que, a los 35, tras un córner desde la izquierda, Fernando Ortiz peinó una pelota y Óbolo la empujó con un tiro alto para gritar el segundo. Y el tanto abrió el monólogo visitante, con la mejoría de Augusto y el buen ingreso de Alejandro Cabral. Por último, a los 40, Domínguez sorprendió a propios y extraños clavando en una pelota parada desde la izquierda un disparo en el ángulo derecho de Jonathan Irrazábal. Y cerrando la persiana del encuentro.

En pocos minutos, Vélez había dado dos golpes demoledores, que alejaron las dudas y levantaron los ánimos de todo el equipo. Gran inyección anímica para empezar, y buena carta de presentación para lo que seguirá en este vasto semestre, publica TyC Sports.

Edición Impresa