Transitador de espacios y generaciones, como lo define Graciela Dobantón en un comentario sobre el libro, Golz es un observador profundo de hábitos, costumbres y detalles. Lo cual le permite construir personajes de carácter costumbrista con una economía de recursos que dan cuenta de su maneja de la descripción.
Pero también es un oyente atento, que registra lo que el ocasional interlocutor pueda contarle y resulte de su interés. Luego de procesarlo, lo adaptará al formato escrito y lo devolverá en un formato adecuado, listo para ser narrado oralmente.
Anécdotas, comentarios y vivencias adquieren así forma de cuento gracias a la versatilidad de este hombre de letras que puede adoptar la voz de campo, de ciudad, de niño y trasladarlo a textos con finales que convocan la sonrisa, la sorpresa o la reflexión.
La medida fue dispuesta por resolución Nº 10, rubricada por el ex titular de Cultura, Rubén Clavenzani.
Fuente: El Diario