El dirigente apuntó que: "La responsabilidad es de los dueños de los paradores" y señaló que "el problema es que consideran que la seguridad de los bañistas es un gasto y no una inversión".
Un planteo similar hizo Rogelio Bramajo, titular del Sindicato Unido de Guardavidas de Rosario y Zonas de Influencia, adherido a la Federación Argentina de Guardavidas. "Solo el parador Deja Vu tiene servicio de guardavidas y Vladimir sólo por la tarde cuando, en realidad, la gente llega al río desde la 9.00 de la mañana. Otros directamente no tienen. Son paradores de alto nivel, pero sin bañeros porque los propietarios de los balnearios quieren ahorrarse dinero", afirmó.
Si bien el argumento sobre la jurisdicción de la isla es lo que se pone en discusión a la hora de los controles, Bramajo aseguró que "la ordenanza de la ciudad de Victoria establece que debe haber un guardavidas cada 60 metros y existe además un convenio firmado entre las municipalidades de Rosario y Victoria para controlar desde el embarque de pasajeros la presencia de guardavidas en los sectores de isla".
Por eso, Bramajo sostuvo "no se le puede vender a la gente un pasaje para ir a la isla cuando no están garantizadas las condiciones de seguridad", informó La Capital.