Los abogados de Rivas pretenden la absolución o el reenvío de la causa para una nueva sentencia. Mientras el fallo no quede firme, la condenada continúa en libertad.
Por su parte, tanto el querellante Marcos Rodríguez como el procurador General, Jorge García, defendieron el fallo de la condena, consignó Uno. La Sala Segunda de la Cámara del Crimen de Paraná había entendido que la mujer contrató al albañil y policía Rubén Flores, que luego apareció muerto, para concretar el crimen de su marido.
El crimen
El 26 de septiembre de 2009 por la noche, Benedetich y Rivas salieron en su auto Honda Fit a cenar. Según se relató en el debate, la empleada de Enersa quería agasajar a su marido por lo que decidió llevarlo al restaurante El Costerito, ubicado por el Acceso Norte de Paraná.
En un primer testimonio, la imputada dijo que luego de salir de su domicilio y haber dejado a su pequeña hija con familiares, la pareja pasó por el cajero automático de banco Bersa situado en Almafuerte y Zanni, donde habrían sido abordados por un delincuente que los paseó por las afueras de la capital entrerriana y para llevarse un pequeño botín, arremetió contra el hombre y le asestó cuatro disparos, también la golpeó en la cabeza a Rivas y luego huyó. Obnubilada, la mujer atinó a manejar hasta el Hospital San Martín, donde fue asistida por la guardia médica, pero para Benedetich ya era tarde.
Al otro día del homicidio, Rivas cambió la primera versión de los hechos y dijo que en vez de haber sido abordados por un extraño en el cajero, levantaron a un albañil que trabajaba en su casa, Rubén Flores, quien habría sido el autor material del asesinato. Según la imputada, Flores quería cobrarse algunas cuentas pendientes.
Dos días después, el albañil salió de su casa y no volvió. Fue encontrado muerto, con un disparo en la sien, cerca de su domicilio.
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