El plantel de Sionista aún busca digerir el pasado reciente. Cuesta y mucho. Es un nudo en la garganta y un recuerdo permanente que zumba en todo momento. El mapa basquetbolístico habla de lo sucedió el domingo en Formosa.
Pocos entienden como Sionista desperdició un partido que estaba 34 puntos arriba pero que se lo sacaron de las manos y se quedó sin nada. Algunos se animan a decir que fue una remontada histórica de La Unión. Y hasta se buscan registros de algo que para muchos no tiene precedentes en el básquet argentino.
En Sionista se sufre lo vivido. Al menos así se lo nota a Juan Cantero y su voz denota un estado atípico en declaraciones a El Diario. No tira la pelota al costado, sino que se hace cargo y cuenta lo vivido. De estar 42 a 8 el Centro quedó 65 a 60 abajo. Es tiempo de analizar una situación que todavía sorprende.
—Han pasado algunas horas y la adrenalina ya cesó. Ahora en frío, ¿qué se puede decir de la derrota con La Unión?
—Siento vergüenza deportiva. Es una sensación fea de explicar, se nos fue un partido que a decir verdad es imposible de perder. Subestimamos a un rival pensando en que el juego ya estaba ganado a partir de la gran diferencia que sacamos. Ellos se levantaron, nosotros nos quedamos y después se hizo todo cuesta arriba. Hicimos todo mal y sabemos que a esta derrota la vamos a lamentar.
—¿Cómo entendés que estando 34 puntos arriba se pierda el partido?
—Cuesta entenderlo pero pasó así. Cometimos muchísimos errores defensivos y encima hubo un tiempo que anotamos muy pocos puntos. Nos relajamos y dejamos de hacer el juego que necesitábamos. Uno se relaja cuando ve que la diferencia es tan grande que piensa que el partido ya está definido. Y nos demostraron que eso nunca es así. Por eso siento vergüenza deportiva.
—No creo que hayas vivido una situación así en tu carrera. ¿Cómo estuvo el vestuario cuando terminó el partido?
—En el vestuario estábamos todos indignados. Aún lo estamos, pero el tiempo hace que bajes la adrenalina. Desperdiciamos una gran oportunidad. Hoy estaríamos punteros en el grupo. Está claro que fuimos muy inmaduros. Todos estamos avergonzados y no podemos creer lo que nos pasó.
—¿Dormiste el domingo a la noche?
—No, imposible. Ni yo ni ninguno de los chicos durmió. Estamos todos iguales, con mucha bronca. Ahora tenemos dos partidos muy complicados con Quimsa y Atenas, pero queremos corregir esto para no tener que lamentarnos tanto esta derrota con La Unión.
—¿De todas las derrotas se aprende?
—Sí, seguro. Para nosotros fue un aprendizaje. Que la vamos a lamentar, seguro, pero también nos va a servir para madurar. Nos dimos cuenta que estamos en condiciones de sacarles diferencia a cualquier equipo, pero que también la podemos desperdiciar si no nos ponemos fuerte. En esta gira le sacamos ventaja a Regatas y a La Unión, y en las dos no las supimos aprovechar.
—¿Alguna vez perdiste un partido de similares características?
—Seguramente que sí, aunque no creo que haya sido de 34 puntos a favor como tuvimos el domingo.
—¿Qué les dijo Sebastián Svetliza?
—Sebastián estuvo bien, no dijo demasiado. Él sabe que somos tipos grandes y que estas cosas no pueden pasar. En estas horas intentamos estar tranquilos. Sabemos de la macana que nos mandamos. No hay que enroscarse más de la cuenta porque es peor. Es un aprendizaje y ojalá sepamos aprovecharlo como tal.