Los equipos llegaban con presentes diferentes. Belgrano con poca actividad y con un plantel juvenil que no consiguió buenos resultados en el Clausura, en el cual no clasificó a semifinales. Universitario, por su lado, venía de coronarse campeón después de más de tres décadas y con mayor rodaje.
Sin embargo, esto no se notó demasiado en el desarrollo global del partido. Fue el Mondonguero el que intentó imponer un ritmo vertiginoso en el inicio, aunque esto sólo duró unos minutos. Es que la U empezó se hizo poco a poco el dueño del esférico apostando a un juego más horizontal a través de Cepellotti y González. Schvaiger intentaba darle algo de verticalidad, pero no lograba conectarse con los dos atacantes.
Así, a los 20’ poco había pasado en las áreas y el trámite era parejo y poco vistoso porque la línea media de ambos equipos luchaban mucho y jugaban poco. Un remate de Albornoz desde la puerta del área grande que salvó Jacob fue la primera acción seria de peligro, la cual quedó realmente aislada puesto que el partido siguió ofreciendo casi nada en cuanto a elaboración y el balón deambulaba de un lado para el otro sin un dueño claro.
Dentro de este panorama los dirigidos por Aparicio rompieron la monotonía con un cabezazo de Arellano que impactó en un palo y un centro picante de Pérez que Mantello despejó en el área chica cuando San Martín ingresaba para anotar el gol.
El complemento no fue igual, pero tampoco varió demasiado. El conjunto de barrio Corrales fue imponiendo poco a poco la experiencia y roce de sus jugadores para adelantar sus líneas y trasladar sus tenencias a campo rival. Sin embargo carecía de profundidad puesto que la última línea Albiceleste cumplía una buena tarea.
Por el otro lado, Belgrano se replegó y apostó a rápidos ataques por las bandas o envíos largos para Restano y Flores, aunque en su gran mayoría fueron improductivos, señala El Diario.
De igual forma con los minutos las chances comenzaron a aparecer. Primero fue Lozano el que desvió su definición tras ganar la espalda en un tiro libre. Luego, Varisco le ahogó el grito a Schvaigert quien lo exigió de media distancia después de una muy buena jugada colectiva de la U.
Así los entrenadores comenzaron a buscar frescura y soluciones en el banco. Y Libralato casi anotó para el Mondo en la primera bola que tocó, pero el disparo cruzado de Taca se fue apenas desviado.
Los minutos pasaban, el tiempo se consumía y parecía que, al igual que la final del Clausura, la definición se daría mediante remates desde el punto penal. Sin embargo hubo tiempo para una genialidad de Ramos, quien ya había anunciado anteriormente.
A los 44’, el volante Albiceleste ejecutó un tiro libre desde unos 35 metros, cerca de la línea lateral derecha del ataque. El balón tomó un gran efecto y se metió junto al primer palo del arco de Jacob, que cuando se dio cuenta de las intenciones del rival ya no tuvo reacción.
Foto: El Diario.