Por otro lado, Bruno adelantó que la segunda etapa contempla la ejecución de un centro de interpretación, que se ubicará donde estuvieron instaladas las antiguas caballerizas y la iluminación necesaria para el castillo.
La arquitecta explicó que el proyecto y el comienzo de los trabajos cuentan con el asesoramiento del reconocido arquitecto Marcelo Magadan, quien tiene una basta experiencia en restauraciones de este tipo -como en el caso de las Misiones Jesuíticas- y dijo que confían en que se podrán cumplir con los plazos previstos, aunque advirtió que como “esta es una obra pública y tiene sus tiempos de trámites y burocracia, puede llevar a algún tiempo más” dijo.
Sobre la estructura que se construyó hace ya tiempo frente a las ruinas del castillo y que hoy alberga sanitarios y hasta un kiosco, justo frente al principal ingreso que tienen las ruinas, Bruno explicó que en esta etapa no están previstas otro tipo de tareas como podría ser el corrimiento del kiosco. “Las tareas concretas son sobre el palacio”, subrayó, sin embargo admitió que desde el grupo que integra con otros profesionales se hizo una indicación sobre “la contaminación visual que se produce con dicha edificación, que no permite un acceso franco y claro a una de las vistas principales del castillo”.
Incluso trajo a colación que desde el Colegio de Arquitectos se hizo una propuesta para que sea evaluada por el municipio, consistente en “relocalizar los servicios como el kiosco, el estacionamiento y los baños hacia la parte baja donde se ubica la escultura de El Principito”, para poder obtener una mejor zona, con servicios más preparados y con mayor espacio y accesibilidad. Ya que incluso a esos servicios se le podría agregar un servicio de bar y una oficina de atención turística.