Desde su llegada al club, Iván Delfino siempre se mostró con perfil bajo, cauto a la hora del triunfo y autocrítico a la hora de hablar de su equipo. Por ello, con una felicidad que era imposible de disimular, también celebró de manera moderada.
Mientras era una de las personas más solicitadas por los medios de comunicación, él pidió que le dieran un instante para devolverle la llamada a un amigo que quería felicitarlo, lo que habla de su bajo perfil.
Delfino es un entrenador de pocas palabras pero mucho trabajo, que se encargó de levantar a un plantel golpeado y fue el autor intelectual del logro más importante de la institución. En el comienzo expresó: “Por la cabeza se me pasan un montón de imágenes, desde que empecé a jugar al fútbol en el barrio Cooperativo en Sunchales, siempre soñé con estar cerca de Primera División y lo hecho fue un logro”.
A lo que añadió, en declaraciones a El Diario, en medio de la alegría: “Después de un tiempo de trabajo lo pudimos lograr; el de arriba lo iluminó al Seba (por Bértoli), él tapó el penal y ahora estamos festejando. Se logró el objetivo tan buscado, este equipo demostró no bajar nunca los brazos y es un gran mérito de ellos (por sus jugadores”.
Por último, el sunchalense elogió a su arquero, Bértoli: “El Cabezón se puso las manos otra vez. Nosotros dijimos que teníamos que meter todos nuestros penales, que él se iba a encargar”.