El equipo de Gualeguaychú fue claro dominador durante gran parte del encuentro que disputó ante la CAI, el único líder que tiene la pelea por el ascenso directo a la B Nacional. Motivado por rendimientos notables, como los de Iván Bonzi, Federico López o Juan Francisco Pereyra, el local estuvo dos veces arriba en el marcador, pero, otra vez, no pudo sostener el resultado.

Los de Acosta tomaron la iniciativa desde el minuto cero. El primer cuarto de hora sirvió únicamente para que los dos equipos se estudiaran, pero era Juventud el que controlaba la pelota en la mitad de la cancha. Sector en el que se destacó lo hecho por Gonzalo Rodríguez, quien, después de mucho tiempo, volvió a mostrarse seguro en la marca y con la pelota.

La primera clara nació justamente de la derecha del volante. Rodríguez se hizo cargo de un tiro libre a dos metros del área, la pelota le picó antes a Leguiza y en el rebote la sacaron al corner.

Juventud se plantaba en el campo visitante y manejaba el juego. Cuando se juntaron los del medio se vio lo mejor del local. A lo hecho por Gonzalo Rodríguez y Juan Sánchez, se le sumó el despliegue de Cristian Fornillo y Francisco Pereyra, otro de los puntos altos de la tarde.

Por el lado del puntero, poco y nada en los primeros 45 minutos. Un tiro de media distancia de Martínez que Rébora saco sin problemas al corner y nada más. Juventud era quien generaba las más claras y a los 43’ tuvo su recompensa. Otra vez Bonzi ganó por izquierda, dejó atrás a un defensor y tiró el centro que parecía fácil para Leguiza, pero el juvenil arquero dio un rebote corto y Fornillo no lo desaprovechó: el Piru tuvo tiempo de pararla, acomodarse y, con el arco solo, estampó el 1 a 0.

Tras el gol, Bonzi generó un par de jugadas más sobre la izquierda, pero ambas murieron en las manos del arquero de la CAI, consigna El Día.

El complemento mostró otro partido. Sin refugiarse en su campo, el local retrocedió unos metros en la cancha y la necesidad del equipo de Rebottaro y el buen juego de contragolpe que tienen los de Acosta, hicieron del complemento un partido de ida y vuelta.

A los 17’, cuando no había pasado demasiado, tras un tiro de esquina desde la izquierda, Hugo Barrientos les ganó a todos y puso el empate. Juventud volvía sufrir el síndrome del segundo tiempo. Antes de los 20 minutos, la visita dejaba las cosas como al principio.

Pero esta vez los de Gualeguaychú consiguieron volver a ponerse en venta rápidamente. A los 24’ la pelota le quedó a Federico López, éste la metió al área, el palo le dijo que no al cabezazo de Bonzi y el rebote le quedó a Pereyra, quien puso otra vez arriba al local. Grito y desahogo en la cancha Decana.

Pero Juventud no está en racha. En la siguiente jugada el pelotazo llegó al área local y Wernly, por primera vez en la tarde, falló. La pelota quedó en los pies de nada más ni nada menos que del goleador Piñeiro Da Silva, quien tuvo tiempo para perfilarse, abrir el pie y ponerla en el segundo palo, lejos de las manos de Rébora.

Sobre el final lo pudo haber ganado cualquiera de los dos. Fue el propio Rébora quien, como es costumbre, agigantó su figura al taparle un mano a mano al goleador visitante primero. Y, en la siguiente, fue Paolo Impini, otro de los que se destacó en el local, quien sacó una pelota en la línea.

Las dos últimas fueron de Juventud. Con todas las camisetas en campo rival, el local se jugó a todo o nada. Lo tuvo en la última de todas, pero Mauro Benítez la sacó casi de adentro del arco en dos oportunidades, primero a Bonzi y en el rebote a Pereyra. Increíble, pero no entró.

Fue empate no más. Y a pesar de que pudieron ser tres, el Decano cosechó solo un punto. Aunque esta vez jugó bien y se fue muy aplaudido por la parcialidad que llegó al estadio Decano.