“La reforma es una vieja aspiración de la comunidad argentina. Hace 30 años hubo varios proyectos que fracasaron por lo que yo llamo la hoguera de las vanidades, y eso hizo que nunca se obtenga nada”, sostuvo Lorenzetti, según publicó Télam.
El magistrado consideró que “es momento de mostrar la madurez suficiente al pueblo argentino, para que se demuestre que sabemos hacer una obra colectiva superior a nuestros intereses individuales”.
“El Poder Ejecutivo Nacional hizo sus sugerencias y ahora estamos en el trámite de la comisión bicameral del Congreso, y sería bueno que después nos juntemos para ver cómo se puede incorporar lo que quieran los legisladores. Creo que es el proceso más participativo de la historia del país en lo que hace a un Código, no hay antecedente”, dijo.
Con respecto a algunas críticas sobre el período de tiempo que se tomará para el debate, Lorenzetti trajo a colación que “el Código de Vélez Sarsfield se trató en un mes” y que tampoco “se puede tardar años”.
“El código de Vélez se pensó para un hombre adulto, de clase media alta y que tenía educación. Todo eso ha cambiado. Este proyecto tiene muchas disposiciones que tienen que ver con lo que ya hizo el Congreso en materia de derechos de la mujer, el matrimonio igualitario, etcétera; y se protege a los excluidos y a los pueblos originarios”, recalcó.
También subrayó que el nuevo Código tendrá “incorporado al niño y al adolescente, que no eran sujetos importantes en el viejo. Los adolescentes ahora deciden muchas cosas, los menores entre los 13 y 18 también, y hay que protegerlos. Y los adultos en edad avanzada también tendrán normas que los protejan, por ejemplo al contratar servicios, eso no estaba contemplado”.
A la vez enfatizó que con la reforma “se ha cambiado el paradigma” en lo que hace a las personas con capacidades diferentes: “Antes eran considerados disminuidos y se le nombraba un curador. Esto ahora se invierte y se presume la capacidad".
"Para internarlos hay un proceso riguroso y controlado, con equipo interdisciplinario. Una estructura pensada para el desarrollo de la personalidad y no para aplastarla”, completó.
En referencia a la controversia desatada por la fertilidad asistida, Lorenzetti informó que recibió a la Conferencia Episcopal que pidió que en el Código quedar asentado que “el embrión no implantado es vida”, pero señaló que en el proyecto “no es materia regulada” y que la comisión que él presidió optó “por mantener una visión enfocada en las consecuencias” y no del hecho en sí.
“Si el embrión no está implantado no decimos nada, en todo caso hay que dictar una ley para su protección”, destacó, y agregó en lo que hace a maternidad subrogada: “no se dice si está bien o mal, sino cómo se soluciona cuando haya casos. Es algo que tendrá que ser autorizado por el juez, se dio una visión restrictiva porque es un tema difícil y hay que regularlo con restricciones”.
Lorenzetti y la vicepresidenta de la Corte, Elena Highton de Nolasco, participarán la semana que viene en el debate de la comisión bicameral que analizará el proyecto de reforma del Código Civil y Comercial -arrancará el martes-, la cual ya cuenta con un cronograma de audiencias de cara al tratamiento antes que llegue al recinto